Que en China nos llevan la delantera en muchas cosas es indudable y ahora, además, van camino de adelantarnos en una que preocupa especialmente a todos los que en nuestro país tienen infancia a cargo: la adicción al móvil, que se calcula afecta a un 21% de los menores españoles. En China han impulsado una normativa que indica cuánto tiempo pueden pasar los menores cada día conectados al móvil.

Franjas de edad
Los chinos distinguen entre menores de 3 años, niños de entre 3 y 8 años, infantes de entre 8 y 12, adolescentes de entre 12 y 16 y jóvenes de entre 16 y 18. Los menores de 8 no van a poder usar el móvil durante más de 40 minutos diarios, los que tengan entre 8 y 16 podrán usarlo una hora y los jóvenes de entre 16 y 18, dos horas. Las franjas de edad (por eso hay cinco) servirán para que se identifiquen los contenidos a los que cada grupo tiene acceso.
¿Y en España?
En España no hay normativas similares ni parece que —visto el valor casi supremo que se le da a la libertad personal— pueda llegar ni siquiera a plantearse algo similar. Aquí se fía todo a los padres, que tienen en su mano herramientas para bloquear el acceso a según qué contenidos y pueden, también y si lo consideran oportuno, fijar de común acuerdo con los menores (o por el artículo 33, que de momento no hay jurisprudencia en contra de las limitaciones de uso del móvil decididas porque sí, aunque todo puede darse) un tiempo máximo de uso diario. En China han ido más allá y habrá hasta avisos para que el menor usuario del móvil descanse de su uso cada media hora. Con todo, y como en tantas cosas, en el equilibrio está la virtud: si los menores españoles son adictos al móvil es porque los padres, más a menudo de lo que se reconoce, prefieren tenerlos amorrados a una pantalla que entreteniéndolos con lo que sea. Con todo, la Generalitat presentaba hace nada un preocupante informe sobre contenidos prohibidos y menores