De acuerdo: cuando en 1965 se rodó aquella película (Those Magnificent Men in their Flying Machines) en la que salía hasta Alberto Sordi y cuyo título en nuestro idioma superaba a todas luces el original, nadie soñaba remotamente con disponer de teléfonos móviles; pero lo cierto es que la manera como se decidió titular el film resulta perfecta para hablar de aquellos no tan lejanos móviles de los que nos hemos olvidado por culpa de los omnipresentes smartphones. Es cierto que hacían muchas menos cosas, pero resulta difícil no recordarlos con cariño. Hoy, queremos recordarte ocho cosas que los móviles de hace veinte años tenían (o no tenían) y que hoy parecen marcianadas tales como aquellos vehículos con los que, en la película de Ken Annakin, los protagonistas querían viajar desde Londres a París en 1910.

BlackBerry
 

Teclado físico

Sí, lo tenían y aunque la mayoría se conformaban con un simple teclado numérico con tres letras agrupadas en cada tecla, también estaban las Blackberry, con un teclado con todas las de la ley. Hoy, por no tener, los móviles no tienen más botones que los laterales. Y los más modernos, ni eso, porque echan mano de soluciones hápticas.

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Tapa

Los móviles plegables –especialmente los tipo concha- han vuelto a familiarizarnos con aquellas cubiertas que, en su día, eran lo más. Incluso, existieron móviles que se plegaban y desplegaban para mostrar fastuosos teclados que ahora nadie echa de menos. Las pantallas, por lo general, eran pequeñas y la tecnología táctil, inexistente hasta que aparecieron en escena los iPhone.

Batería extraíble

Las baterías, siempre, eran extraíbles y había que retirarlas para colocar la tarjeta SIM. Si el móvil empezaba a hacer el tonto, cambiar de batería era una solución. Hoy, esa es una opción que ya no existe, pero la UE quiere que, de nuevo, las baterías puedan cambiarse sin problemas.

Nada de cámaras

Las fotografías, hasta hace casi nada, se hacían con cámaras de fotos y los vídeos, con cámaras de vídeo. A veces, y si tenías suerte, tu móvil incorporaba en la parte trasera un pequeño sensor y delante, nada de nada. Si querías hacerte un selfie, había que hacer equilibrios.

Muy pequeños

Antes del advenimiento de los Smartphone, los fabricantes luchaban por ofrecer el móvil más pequeño posible. Los tamaños grandes se asociaban a escasa calidad, pero las grandes pantallas táctiles y la generalización del móvil como herramienta básica de acceso a la red lo cambio todo.

Sencillos y casi gratis

Con el móvil, principalmente, se llamaba y se enviaba SMS. A veces, se jugaba también un poco, pero lo de acceder a Internet era sólo para gente con mucha paciencia y dinero, porque era lento y caro. Lo que sí era barato, gratis muchas veces, eran los propios móviles. Las compañías los financiaban y, dado que su interés era habituarnos al uso de los dispositivos, asumían el coste de éstos y obtenían todo su beneficio de las llamadas. Hoy, un buen móvil, no suele bajar de los 300 euros.