El rover Rosalind Franklin viajará hasta Marte para buscar evidencias de vida pasada gracias a sus instrumentos científicos, pero no será hasta 2030 cuando aterrice por primera vez en la superficie del planeta rojo.
Su llegada a Marte será posible gracias a los equipos de ingeniería de Airbus, debido a que desarrollarán los sistemas mecánicos, térmicos y de propulsión de la plataforma de aterrizaje para que el rover pueda tocar la superficie de forma segura.
La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) considera en su blog oficial que "aterrizar en Marte es uno de los retos más críticos de la misión", a pesar de que el descenso de la nave solo durará seis minutos, desde la entrada en la atmósfera hasta el aterrizaje.

Un aterrizaje de precisión: desafíos y soluciones
El aterrizaje en Marte representa uno de los mayores desafíos en misiones espaciales debido a la delgada atmósfera del planeta, que dificulta la desaceleración de las naves espaciales. Para garantizar un descenso seguro del rover Rosalind Franklin, la ESA ha diseñado una secuencia de aterrizaje que se desarrollará en aproximadamente seis minutos. Durante este breve, pero crítico período, se desplegarán una serie de paracaídas y se activarán retrocohetes para reducir la velocidad del módulo de aterrizaje. Una vez en la superficie marciana, dos rampas se extenderán desde lados opuestos del módulo, permitiendo que el rover descienda y comience su misión de exploración.
La empresa Airbus ha sido seleccionada para diseñar y construir la plataforma de aterrizaje que transportará al rover hasta la superficie marciana. Este contrato, valorado en 150 millones de libras esterlinas, subraya la importancia de la colaboración internacional en proyectos espaciales de gran envergadura.

Objetivos científicos y exploración subsuperficial
El principal objetivo del rover Rosalind Franklin es buscar evidencias de vida pasada en Marte. Para ello, está equipado con un taladro capaz de perforar hasta dos metros bajo la superficie marciana, lo que le permitirá acceder a muestras protegidas de la radiación y las condiciones extremas de la superficie. Estas muestras serán analizadas in situ mediante un conjunto de instrumentos científicos avanzados, diseñados para detectar posibles biofirmas y comprender mejor la historia geológica y climática del planeta rojo.
La elección del sitio de aterrizaje, Oxia Planum, se basa en su riqueza en arcillas y evidencias de antiguos sistemas fluviales, lo que sugiere la presencia pasada de agua líquida, un ingrediente esencial para la vida tal como la conocemos.
La misión del rover Rosalind Franklin representa un hito significativo en la exploración marciana y en la búsqueda de vida más allá de la Tierra. A través de una combinación de ingeniería innovadora y objetivos científicos ambiciosos, la ESA y sus socios internacionales buscan desentrañar los misterios del planeta rojo y avanzar en nuestra comprensión del universo.