Está en Ciutat Vella y se conoce como Antiga Foneria porque, en el solar que ocupa, se ubicó entre 1537 y 1714 la fundición real de cañones con que contaba Barcelona. Después de la derrota austriacista de 1714 y con la prohibición de fabricar artillería en Barcelona, las dependencias sirvieron para fundir campanas y , más tarde, en concreto en 1844, el antiguo edificio industrial se convirtió en sede del Banco de Barcelona, el primero privado de España.  El inmueble actual data de 1858 y desde que el Banco de Barcelona quebró en 1920, el inmueble tuvo diferentes usos hasta que pasó a depender del Gobierno Militar tras la Guerra Civil. En 2003, la Generalitat compró el edificio. Ahora, instala allí el Centro de Cultura Digital de Catalunya.

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¿Para qué servirá?

Según Pere Aragonès, para “ayudar a impulsar toda la creatividad y el talento en el ámbito de la cultura que ya está presente en Catalunya”. La consellera de Cultura, Natàlia Garriga, dice que servirá para “dar a conocer, fomentar y consolidar a las personas y empresas que se dedican a la creatividad digital”.

El centro

El centro, bautizado como La Foneria, se plantea, explica la Generalitat, como un espacio “de investigación, ibcubación y desarrollo de proyectos” y, también, como “espacio abierto a la ciudadanía” y centro de trabajo de “tecnólogos e investigadores” que encontrarán allí “material para dar respuesta a sus necesidades” y un “servicio de asesoría en materia de cultura digital”. Una de las plantas servirá de espacio de exhibición y, el resto, acogerá “espacios polivalentes”. La reforma está presupuestada en 13 millones de euros y, de momento, se está rehabilitando la fachada. Dichos trabajos finalizarán en 2024 y, después, habrá que emprender la reforma interior, cuya ejecución no está adjudicada. Con suerte, el centro funcionará en 2027.