El plástico está por todos los sitios: incluso en la leche materna porque, cada año, introducimos en nuestros cuerpos más de 100.000 micropartículas de este material. Lo cuenta Kieran Cox, un biólogo de la Universidad de Victoria, en Canadá, en su último estudio publicado. La mayoría se ingieren con los alimentos procesados, pero no son nocivas en principio. Los análisis más recientes han identificado hasta 10 000 sustancias químicas únicas utilizadas en la producción de plásticos y, de ellas, más de 2400 se consideran "potencialmente preocupantes" según organismos, por ejemplo como la Junta Estatal de Control de Recursos Hídricos de California. El problema de esas sustancias "preocupantes" no deriva de una toxicidad testada y tiene que ver con la inexistencia de regulación específica sobre los mismos. En definitiva: no sabemos exactamente qué es lo que estamos introduciendo en nuestro organismo. Como microplástico se entiende cualquier partícula de este material con un tamaño inferior a 5 mm.
En los alimentos de consumo común
El estudio en cuestión, titulado Human Consumption of Microplastics , se ha publicado en la revista Environmental, Science and Technology que edita desde 1967 la American Chemical Society y evidencia hasta qué punto las micropartículas plásticas están presentes en los alimentos que los norteamericanos consumen de manera más habitual. Para elaborarlo, sus responsables han manejado hasta 3.600 muestras de alimentos procesados que han permitido analizar en torno al 15% de la ingesta calórica más típica en Estados Unidos. La conclusión es que, cada año y en función de la edad y el sexo, se pueden ingerir entre 39.000 y 52.000 partículas de microplásticos.
También los inhalamos
Además, y así lo indica igualmente el estudio, los microplásticos se inhalan y, si se consideran también las partículas que llegan al interior de nuestros organismos de este modo, resulta que un norteamericano medio puede estar ingiriendo o inhalando entre 74.000 y 121.000 partículas anuales. Si el sujeto, además, consume agua embotellada, al montante total hay que añadirle otras 90.000 partículas más. Los norteamericanos que beben sólo agua del grifo, por el contrario, sólo tienen que añadir otras 4.000. En España, las cifras seguro que son parecidas.
