Hace no mucho fue protagonista de múltiples noticias por su exagerada subida de precio (o, directamente, su desaparición de los lineales) como consecuencia de la Guerra de Ucrania pero ahora, con el aceite de oliva a casi 4,5 euros el litro, su (todavía) ajustado importe de 2,55 euros por litro lo ha revitalizado como alternativa al jugo de la aceituna.Hablamos, claro, del aceite de girasol: de sus ventajas e inconvenientes.

Aceite de girasol
Aceite de girasol

También es sano

El aceite de girasol, remarcan los dietistas, es perfectamente adecuado para una dieta sana pero, eso sí, hay beneficios que sí aporta el aceite de oliva y que el de girasol no tiene: el aceite de girasol incluye menos grasas monoinsaturadas y tiene muchos menos polifenoles y antioxidantes, pero tiene muchísima más vitamina E, que protege nuestras células y, en parte, compensa el menor porcentaje de polifenoles y antioxidantes. Con todo, el aporte calórico de uno y otro es similar: la diferencia ronda el 1% a favor del aceite de oliva.

Antiinflamatorio

La mayor presencia de antioxidantes y polifenoles, que se supone frenan el envejecimiento supone un punto a favor del aceite de olvia, pero su adversario el de girasol empata, como mínimo, si tenemos en cuenta sus propiedades antiinflamatorias, ya que su consumo bloquea una enzima que favorece la contracción de los vasos sanguíneos. De hecho, mejora la circulación, favorece la coagulación, previene la arterioesclerosis y ayuda a luchar contra las varices al contener ácidos Omega 6. Incluso, y por esta misma razón, ayuda a prevenir el Alzheimer y mejora el funcionamiento general del sistema nervioso.

Huesos fuertes y menos presión arterial, colesterol y retención de líquidos

El aceite de girasol es también óptimo para los hipertensos, especialmente si consumimos versiones no excesivamente refinadas. Si el consumo es moderado, disminuye la capacidad de absorción del colesterol por parte de nuestro intestino y la producción de éste en el cuerpo. Al contener potasio, evita que los líquidos se acumulen en las piernas y estas sufran calambres. En los hombres, su contenido en zinc favorece una mayor y mejor producción de esperma. Por último, mantiene los huesos fuertes y elimina los dolores derivados de la artritis, pues contiene magnesio.

Sirve para mucho más que cocinar

Su consumo ayuda a retener la humedad de la piel y favorece la formación de elastina y colágeno. Si se utiliza para elaborar cremas o ungüentos, favorece la salud de la piel y está demostrado que su uso tópico reduce la posibilidad de infecciones