El programa de cría de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) suma ya el nacimiento de 57 críos a Catalunya, desde su inicio el año 2005. El último rompió el huevo el 4 de marzo en el Centro de Fauna de Vallcalent (Segrià). Es, en concreto, el quinto ejemplar nacido este año en los dos centros de fauna catalanes que forman parte de la iniciativa: Vallcalent i Torreferrussa (Vallès Occidental). El proyecto, en el que participan 40 entidades europeas, es coordinado por la Vulture Conservation Foundation desde el centro leridano. En Catalunya, el programa cuenta con el apoyo del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, a través de Forestal Catalana.

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En| Lleida y Santa Perpètua de la Mogoda

El primer nacimiento tuvo lugar el 4 de febrero en Vallcalent, donde en total han nacido tres crías de tres parejas diferentes. El centro cuenta con 20 ejemplares de quebrantahuesos, entre los cuales hay cuatro parejas reproductoras activas y dos más en formación. El centro de Torreferrussa cuenta con una única pareja reproductora, que este año ha tenido una puesta doble que ha dado lugar a dos piojos. La mayor parte de los ejemplares que han nacido durante estos 19 años de funcionamiento del programa de cría han sido liberados a la naturaleza (32), mientras que 20 se han integrado en el mismo programa; se está pendiente de determinar el destino del resto.

Una especie amenazada

El quebrantahuesos es una de las especies más amenazadas de Europa y en Catalunya está protegida y cualificada "En peligro de extinción" por el Catálogo de fauna salvaje autóctona amenazada. En Catalunya, cabe a principios del siglo XX, la especie estaba presente en los Pirineos y en los Puertos de Tortosa. Enseguida, sin embargo, sufrió una regresión en sentido este-oeste en los Pirineos, hasta llegar a unas cinco o seis parejas distribuidas por las comarcas de la Alta Ribagorça, el Pallars Jussà y el Pallars Sobirà, a principios de los años 1980. Las principales causas de su regresión han sido la utilización de venenos, la caza, la electrocución y el espolio de los nidos. Desde los 80, la especie empezó a recuperarse, y el año 2023 se localizó en 48 territorios al conjunto de Catalunya, en las comarcas de la Val d'Aran, la Alta Ribagorça, el Pallars Sobirà, el Pallars Jussà, la Noguera, el Alt Urgell, la Cerdanya, el Berguedà, el Solsonès, el Ripollès y la Garrotxa. Hay localizadas también cinco parejas, que han hecho su nido a Aragón y que viven a caballo entre las dos comunidades autónomas.