Si eres de los que prefieren calefacción a gas en lugar de sistemas eléctricos con bomba de calor, puedes estar tranquilo: la directiva europea 2023/1791 de Eficiencia Energética no determina la obligación de sustituir las calderas de gas tal y como en su día sucedió con las de carbón y gasóleo. Lo único que establece el texto refundido de la Directiva Europea citada es que, a partir de 2026, no se concederán subvenciones de eficiencia energética para calderas de gas y que, a partir de 2028, sólo se podrán levantar inmuebles libres de emisiones, lo que impedirá la instalación de calefacciones de este tipo preparadas para funcionar sólo con gas convencional.

Eliminación gradual
Sin embargo, en el texto hay una voluntad explicitada: la de la “eliminación gradual” del uso combustibles fósiles en el horizonte 2035-2040. Para ello, eso sí, deberán diseñarse planes nacionales de sustitución de calderas que los utilicen en los diferentes países miembros. La UE considera que los edificios son responsables del 40% del consumo energético del continente y del 36% de las emisiones. ¿Supone eso que tendrás que retirar tu caldera de gas? No.
Combustibles renovables
El carácter renovable de las calefacciones no depende de la caldera y su tecnología: depende del combustible empleado. Por tanto, si las calefacciones actuales de gas pueden (y efectivamente pueden) quemar biometano o hidrógeno renovable, no será necesario retirarlas. Sucede lo mismo que con los coches: la aparición de combustibles de origen renovable (Repsol comercializa ya uno) que pueden utilizarse en los actuales motores de combustión hace que la voluntad de electrificar el 100% del parque móvil que algunos marcan como objetivo no sea una obligación. Por tanto, si tienes caldera de gas en casa, podrás mantenerla; pero, eso sí, tendrás que cambiar de combustible a partir de 2035. ¿Podrían haberse adaptado las calderas de carbón y gasóleo que se retiran o han retirado a combustibles renovables? Probablemente: las de gasóleo podrían quemar combustible neutro en emisiones como el que vende ya Repsol y el que prepara Toyota y las de carbón podrían quemar biomasa, justo como pretende hacer Hunosa en su térmica de La Pereda.