Johan Frederik se sienta este lunes en el banquillo de los acusados por la violación de una mujer en la zona del castillo de Montjuïc. La víctima —que era virgen— fue drogada y agredida sexualmente por este ciudadano holandés, provocándole varias lesiones en la vagina y el ano. El fiscal pide nueve años de cárcel y una indemnización de veinte mil euros.

Los hechos se produjeron el 3 de noviembre del 2016. La mujer conoció casualmente a Frederik por la tarde en Barcelona y, tras un rato juntos, decidieron volver a quedar sobre las diez y media en la céntrica plaza del Rei. Los dos fueron a tomar un refresco sin alcohol por la zona y sobre las once de la noche se dirigieron a la parte baja del castillo de Montjuïc.

La pareja se sentó y, al cabo de un rato charlando, el hombre sacó de su mochila una botella de ron mezclado con agua. Ante la insistencia de su acompañante, la mujer aceptó la oferta y bebió unos tragos. Según denuncia la víctima, la bebida tenía algún tipo de sustancia que le hizo perder las fuerzas y la capacidad de controlar sus movimientos, pero no la conciencia.

Frederik habría aprovechado esta situación para llevarla hasta un muro próximo y sacarle la ropa interior. Mientras apoyaba la víctima encima suyo, el hombre penetró vaginalmente a la denunciante. La mujer sufrió mucho dolor, no solo por la brutalidad de la acción sino porque era la primera vez que tenía relaciones sexuales.

Dentro de su estado de embriaguez, la agredida consiguió explicarle al ciudadano holandés que era virgen, en un intento de detener la violación. Sin embargo, la reacción del acusado fue la contraria de la esperada. "Pues ahora ya no lo serás", dijo el agresor, y empezó a penetrarla esta vez analmente. La víctima perdió el conocimiento y se despertó alrededor de las cinco y media de la mañana en el coche de Frederik, de donde consiguió huir corriendo.

A causa de la violación, la mujer sufrió una rasgadura vaginal, dos fisuras en el ano y varios hematomas repartidos por todo el cuerpo. La fiscalía pide para el acusado nueve años de prisión, siete años de libertad vigilada con una orden de alejamiento de un kilómetro y una indemnización de veinte mil euros.