"El maltrato se basa en la manipulación. Es complicado ver que estás siendo maltratada", explica una víctima de violencia machista atendida por la Fundación Ana Bella, que ayuda a las mujeres que han sufrido maltratos. "Una misma se cree que no sirve para otra cosa. Mi ex siempre me decía que estaba loca".

La violencia machista no es solo física. La violencia psicológica es más difícil de detectar y más lenta. Pero lo cierto es que es un abuso psíquico que tiene lugar dentro de la relación de pareja. Estos comportamientos son agresiones y daños que puede ser que la víctima no detecte en un primer momento y a menudo perciba como una cosa que ella ha hecho mal. Y por lo tanto, se siente culpable.

En este caso, la víctima –que ha preferido no revelar su identidad– estuvo con su expareja tres años. Según explica, durante el último año y medio sufrió violaciones de pareja. "Lo vi en Google". "No me decidía a dejarlo hasta que casi me pega". Pero detalla que la decisión no fue rápida: "Me costó mucho". "Pensaba que había tenido un desengaño amoroso. No era consciente de todo lo que había pasado", insiste.

"La sexualidad y la parte sexual son importantes". Ella explica que después de como la trató su pareja pensaba que era asexual. "Todas las amigas hablaban de sus vidas de pareja, de experiencias sexuales y yo pensaba, ¿por qué no lo vivo así? A pesar de todo, nunca me planteé que hubiera sido víctima de agresiones".

La violencia psicológica es la más difícil de demostrar "pero no por eso es menos". Y resalta que "siendo tú la víctima tienes que demostrar que has sufrido un maltrato". Y lamenta: "En el mejor de los casos te mete a una paliza y ya". Sin embargo, explica que con la violencia no física es otra historia. "Las manipulaciones son lo peor. Se pone en peligro tu salud mental" y remarca que "si no tienes independencia económica es difícil y complicado seguir adelante".

¿Y si hay criaturas por el medio? "No tendrían que perder la relación con su padre pero la línea es muy fina". Las preguntas que se plantea son diversas. "¿Puede ser un mal marido y un buen padre?" o bien "Puede ser un mal padre y también un mal marido"?. Explica que se tiene que ir con cuidado para que el agresor no manipule a los niños y se muestre él mismo como la víctima.

Ahora, ha intentado rehacer su vida. Después de recibir ayuda de la Fundación Ana Bella y hacer varias terapias ha conocido a su actual pareja. "Le tuve que explicar todo desde el principio, me ha dado mucho apoyo y comprensión". Resalta que tendría que ser así siempre, pero que lamentablemente, no lo es.