La selectividad de este año ha sido la de la incertidumbre. No solo para que los estudiantes hayan tenido que escribir una redacción libre sobre el concepto al examen de castellano, sino porque este era el primer curso que se enfrentaba a las nuevas Proves d'Accés a la Universitat (PAU) más competenciales y menos memorísticas que esboza la LOMLOE. Así, la selectividad 2025 ha estado marcada por las críticas desde el alumnado, los docentes y los centros por la falta de instrucciones más claras sobre qué se iban a encontrar los 44.200 estudiantes que se examinan estos días.

A finales de octubre, el Departament de Recerca i Universitats les facilitó modelos de prueba de los nuevos tipos de exámenes con los que poder trabajar durante lo que quedaba de curso. Sin embargo, solo era un modelo por materia, de manera que los profesores se tuvieron que poner creativos para idear más posibles pruebas de estilo similar para que sus alumnos practicaran. Así, se tuvieron que coordinar en redes de docentes en grupos de Telegram y WhatsApp para compartir materiales con los cuales trabajar, tal como han relatado numerosos docentes a El Nacional a lo largo de estas semanas previas a las PAU.

Entre los alumnos, la sensación también ha sido en algunos casos de incertidumbre e incluso angustia, según relatan ellos mismos, por no saber qué se encontrarán, un miedo añadido al nerviosismo habitual por las pruebas que determinarán su futuro inmediato. De hecho, eso ha acondicionado las materias que han elegido para examinarse. Por ejemplo, si el año pasado la mayoría optó por hacer Historia, ahora la situación ha quedado equilibrada y un 50% hace Historia y un 50% hace Filosofía, de acuerdo con los datos del Departament. Algunos alumnos han expresado precisamente en declaraciones a TV3 esta mañana, cuando se han hecho estas dos pruebas, que han preferido el temario más acotado a autores de la prueba de Filosofía que los inventos que se puedan hacer con Historia, que, además, tiene un contenido muy extenso.

Ayer, con el examen de castellano, ya hubo cierto alboroto por la antes citada redacción tan abierta sobre el concepto de la incertidumbre, teniendo que filosofar un escrito de cien palabras sin contar con muchas indicaciones más. Lo hicieron, pero los pilló desprevenidos, y algunos docentes de castellano presentes en la Facultad de Derecho de la UB explicaron a El Nacional que este tipo de pruebas tan abiertas son más complicadas para ellos que preguntas concretas del temario que han trabajado durante el curso.

La consellera Montserrat: "Me sabe mal"

Este jueves, la consellera de Recerca i Universitats, Núria Montserrat, se ha hecho eco de la polémica y ha lamentado las quejas y las dudas entre el alumnado. "Me sabe mal", ha dicho la dirigente del Departament esta mañana en una entrevista a la Cadena SER, en respuesta a varios cortes de chicos lamentando que se sienten poco preparados y esperan "sorpresas y sustos". Con todo, se ha mostrado firme al señalar que a finales de octubre se hicieron llegar a los centros los modelos de prueba de las 35 materias, con los cuales han podido trabajar. También ha dicho que la dinámica habitual es que entren nerviosos al examen, cosa que "comprende", pero que después salen "contentos" una vez han acabado la prueba. "No tengo una bola de cristal", ha resuelto, a la espera del "retorno" que habrá por parte de los alumnos una vez acaben las pruebas, que ayudarán a la comisión técnica a preparar las PAU del año que viene.