Las universidades catalanas empiezan progresivamente estos días las clases y lo hacen potenciando mayoritariamente la presencialidad entre los alumnos de primer curso. Siguiendo las recomendaciones, el modelo híbrido que combina formación telemática y al aula se ha impuesto este primer semestre para la actual situación de pandemia. El objetivo mayoritario de las universidades catalanas es que los alumnos de primer curso puedan tener más contacto presencial para hacer una buena adaptación y en el resto de casos esta presencialidad variaría según los centros o facultades, las asignaturas o los horarios. Por otra parte, todas han reforzar las herramientas telemáticas para garantizar el seguimiento de la formación desde casa cuando sea necesario.

A la UAB, y a la espera de cifras finales, un poco más del 50% de los alumnos podrán seguir las clases de manera presencial este primer semestre, aunque eso depende mucho del curso y del centro, según han explicado fuentes de la Autónoma a la ACN. En su caso, la priorización de esta presencialidad no es sólo para los alumnos de primer curso sino también para los que cursan su último año universitario. Hay facultades donde se harán semanas alternas presenciales, en otros el segundo y el tercer curso son prácticamente en línea y en otros casos la presencialidad depende de las asignaturas. Así, esta es más notoria si hay prácticas, laboratorios o algún tipo de seminario.

En el caso de la UPF, también se potenciará que el primer curso tenga más contacto presencial. En líneas generales pero la organización del curso se ha hecho en torno a un modelo híbrido que combinará clases presenciales en grupos pequeños y espacios grandes y clases en línea, con interacción entre profesores y estudiantes.

Las asignaturas que se cursen de manera presencial se harán en espacios que garantizan "todas las medidas de seguridad". En primer lugar, se aplicará el aforo permitido siguiendo las recomendaciones sanitarias según el espacio disponible y también se tendrán que seguir las medidas sanitarias obligatorias en cada momento. Es por eso que la Pompeu prevé que el lavado de manos, la distancia de seguridad y el uso de mascarilla sean "seguramente habituales a lo largo de todo el curso".

En caso de que haga falta un confinamiento forzoso, la UPF prevé que todas las asignaturas presenciales de grado y de máster puedan pasar a impartirse completamente en línea en un plazo "no superior a tres días" desde el momento en que se suspenda la formación presencial. También se actuará así cuando se tenga que confinar preventivamente todo un grupo-clase.

En el caso de la Universidad Politécnica de Catalunya, la presencialidad se mantendrá para actividades prácticas, talleres y laboratorios y los grupos de primer curso tendrán la "máxima presencialidad que sea posible". Esta presencialidad se priorizará todavía más en el primer curso en el caso de asignaturas prácticas o en materias que se hayan de impartido en laboratorios. Además, la UPC ofrecerá mentorías y diferentes herramientas docentes para acompañar a los alumnos en el paso de la secundaria a la universidad. Para el resto de cursos, el formato presencial o telemático depende de la escuela o facultad, así como de la asignatura.

Selectivitat 2020 coronavirus EP

Selectivitat 2020 con el coronavirus / EP

Cuando estas clases sean presenciales, la Politécnica ha pedido al profesorado que evite circular por el espacio del aula mientras imparte la clase y que siempre mantenga una distancia mínima de dos metros con la primera fila de estudiantes. A los estudiantes se les recomienda ocupar asientos fijas durante todo el cuatrimestre.

Por último, la naturaleza de los estudios, el tipo de asignatura y la disponibilidad de aulas en cada edificio marcarán el grado de presencialidad en la UB. También en este caso, se intensificará la presencialidad para los estudiantes de primer curso. Estas clases presenciales se darán en grupos pequeños, garantizando los 2,5 m2 de seguridad individual por alumno y en algunos casos la presencialidad será rotatoria.

La UB ha adaptado todos los espacios disponibles a fin de que las clases que sean presencial permitan cumplir todas las medidas de seguridad, así como también para que se pueda hacer la grabación o la retransmisión de las mismas por aquellos que siguen la formación a distancia. También ha hecho una inversión para garantizar la conectividad y la disponibilidad de dispositivos para aquellos alumnos con dificultades económicas.

En la Universidad Abierta de Catalunya (UOC) la formación telemática es intrínseca a su modelo ya que es una universidad en línea. Sin embargo, se han mantenido las medidas tomadas el curso pasado en que ya se adaptaron las actividades que requerían algún tipo de presencialidad. En este sentido, las pruebas de evaluación final y la defensa de los trabajos finales de grado y máster se seguirán haciendo de manera virtual. Las prácticas externas se asignarán prioritariamente en centros en que se pueda hacer teletrabajo.

URV, UdG, UdL y UVic-UCC siguen un patrón similar

La Universidad de Girona (UdG) empezó el 14 de septiembre un curso "híbrido" que combina la actividad presencial con la formación virtual. Siguiendo las restricciones para evitar contagios de la covid-19, el curso se hará con grupos estables de máximo 30 alumnos por aula y reduciendo los movimientos por dentro de las facultades. Si antes eran los estudiantes los que cambiaban constantemente de aula, ahora lo hará el profesorado.

Los universitarios no irán cada día a clase para reducir el número de estudiantes a los edificios. Así, algunos días tendrán educación presencial y los otros seguirán el curso a distancia. Además, el millar de profesores de la UdG se someten a una evaluación médica para determinar si pueden dar clases presenciales con normalidad, si tienen que reforzar los equipos de protección individual o si, por prescripción médica, sólo pueden hacerlas por vía telemática.

Esta ratio alrededor de 30 también se cumplirá en la Rovira i Virgili (URV). Esta universidad reduce la presencialidad a las aulas durante el primer cuatrimestre del curso, que arranca con 14.000 estudiantes y más de 2.000 trabajadores. La URV ha establecido que la docencia de las enseñanzas tiene que ser mixta y que tienen prioridad las actividades de los alumnos de primer curso de grado y también aquellas que no se pueden hacer vía telemática, como prácticas clínicas y de campo, laboratorios o algunas evaluaciones. Además, la universidad ha instalado cámaras en las aulas para grabar las clases. De esta manera, se facilitará el seguimiento de las asignaturas desde casa.

En una resolución firmada el viernes por la rectora María José Figueras, se establece que se pueden impartir clases teóricas en grupos reducidos - en torno a 30 estudiantes-, siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad y el espacio permita su ventilación. Con respecto a las actividades lectivas en el aire libre, se podrán hacer si también se mantienen las distancias de seguridad y cuándo el número de estudiantes convocados no supere a las 300 personas. Aparte, la URV trabaja para tener un sistema de registro complementario basado en la lectura de un código QR en las entradas y salidas de aulas o espacios docentes con el fin de hacer seguimiento en los casos de contagio.

En el caso de la Universidad de Lleida (UdL), el alumnado de primera tendrá un 65,7% de las clases presenciales, mientras que los estudiantes del resto de cursos un 61,6%. Así lo aprobó el Consejo de gobierno de la universidad leridana el pasado mes de julio y la medida se mantiene después del verano. Básicamente, se prioriza un modelo de docencia mixta que combine clases presenciales y virtuales, apostando en primer término por la presencialidad, las actividades de cariz práctico y las asignaturas con un número reducido de alumnado. Las actividades para un mismo grupo se tendrán que concentrar en franjas horarias para reducir el número de días que los estudiantes tengan que ir físicamente a la universidad, mientras que las no presenciales se harán en el horario establecido. Con respecto a las videoconferencias, se harán de forma simultánea para que pueda participar el alumnado y se grabarán para que posteriormente puedan estar a disposición.

La capacidad de las aulas se ha definido a partir de la aplicación de un distanciamiento físico de 1 metro y medio entre personas y la ocupación máxima del aula en base a dos metros cuadrados y medio por personas. La mascarilla será obligatoria para todos los alumnos dentro del aula.

Por último, en la Catalunya Central la UVic-UCC inaugurará el curso a mediados de octubre. La universidad ha invertido 936.000 euros en adaptar los espacios a las restricciones y reforzar la docencia en línea. Se han decantado por un "modelo híbrido", donde la mitad de la formación será en línea y el resto, presencial. Para hacerlo posible se han adecuado algunas aulas –entre dos y tres por facultad- con cámaras para retransmitir en directo. También reforzarán el acompañamiento de los alumnos de primero, aunque la formación presencial se prevé que sea la misma para todos los cursos.

Reducir a la mitad los aforos de las aulas, el control de la temperatura y dispensadores para la limpieza de manos en los accesos de los edificios son otros de las medidas que se han instaurado en los campus de Vic y Manresa de la UVic-UCC.