Las 12 universidades catalanas se oponen a la posibilidad de decretar un aprobado general en caso de que el confinamiento por el coronavirus impida hacer evaluaciones presenciales a finales de curso. En el marco de un grupo de trabajo de vicerrectores creado específicamente para definir los criterios académicos que tienen que regir la reanudación del curso y reflexionar sobre la evaluación si hay que hacerla a distancia, los responsables universitarios están estudiando y proponiendo medidas de evaluación posibles en un escenario de no presencialidad, y han considerado, en una reunión este jueves, que un aprobado general o propuestas similares podrían poner en entredicho la consecución básica de competencias y su seguridad jurídica.

En este sentido, se ha reiterado la voluntad de seguir trabajando, siempre respetando la autonomía universitaria, en la toma de decisiones que afecten la docencia y la evaluación de los estudiantes para mejorar y ajustar a este nuevo contexto general el conjunto de procesos y estrategias de enseñanza/aprendizaje en curso, así como la globalidad diversa de herramientas y recursos tecnológicos de apoyo.

El trabajo de este grupo, que se emplaza a una nueva reunión la próxima semana, se rige de acuerdo a tres principios fundamentales con el objetivo de garantizar que ningún estudiante pierda este curso por razones vinculadas a la crisis sanitaria; garantizar la calidad académica de las enseñanzas –que incluyen los sistemas de evaluación– que reciben a los estudiantes en este final de curso 2019-2020, y respetar el principio de autonomía de las universidades, que incluye la gestión y desarrollo de sus titulaciones oficiales y sus procesos de evaluación, así como en los ajustes de los calendarios académicos.