La muerte de un ser amado siempre es un hecho traumático, sea en las condiciones que sea, y a la edad que esta llegue. Y esta situación, que se vive con intensidad por el entorno de la persona difunta, tiene, además, unos procedimientos burocráticos y administrativos pesados.

Por todo esto, la tarea de disponer de un testamento que ayude a los familiares a afrontar una situación, ya de por sí difícil, otorga tranquilidad al proceso de duelo. Y es que cuando el momento de la muerte llega, los trámites testamentarios forman parte de las actividades importantes que la familia tiene que llevar a cabo.

Se trata de gestiones burocráticas con muchas implicaciones legales y fiscales, y siempre es recomendable llevarlas a cabo de la mano de  profesionales perfectamente conocedores del tema. Por esta razón, en Áltima, la empresa funeraria líder en Catalunya y con más de 300 años de tradición familiar en el sector, ofrecen este servicio de gestión administrativa a las familias para saber qué hay que hacer, llevarlo a cabo en el momento indicado y con todas las garantías para las familias.

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El conocido como testamento, la declaración por la cual una persona dispone el destino de sus bienes a favor de unos o más herederos y puede establecer también legados y otras disposiciones para después de su muerte, es un trámite que hay que llevar a cabo y que se puede elaborar con bastante agilidad. La manera más habitual de hacerlo es con un notario, pero también se puede hacer de forma hológrafa, es decir, el testador escribe a mano el testamento en el cual hace constar el lugar y la fecha del otorgamiento. Una vez hecho, este se presenta al juez en el plazo de cuatro años desde la muerte del testador.

Una vez sucedida la defunción, los familiares a menudo están en un momento en que asumir las tareas burocráticas se puede hacer difícil, por eso desde Áltima disponen de un equipo de profesionales que trabajan para llevar a cabo trámites como conseguir el "certificado médico de defunción". 

"Los trámites que hay que hacer después de la muerte de un familiar pueden ser duros, y la experiencia de profesionales que los lleven a cabo ayuda a afrontar mejor el luto"

Hay muchos otros trámites legales que las familias tienen que afrontar y que hay que llevar a cabo después de una defunción, como dar de baja al difunto ante el registro civil y la seguridad social. En un plazo no superior a los tres meses también se tienen que tramitar las pensiones de supervivencia respectivas, cursar las bajas propias (bancos, suministros...), así como conseguir el certificado de últimas voluntades para poder aceptar la herencia. Toda esta burocracia siempre hace falta hacerla en un momento de especial dificultad, por ello Áltima te ofrece su servicio para que la burocracia no sea una carga más.

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Hay a quien afirma que hacer un testamento es un acto de amor. Evita conflictos familiares y asegura que aquello que siempre quiso a la persona difunta para sus herederos se mantenga intacto. Además, es una herramienta que protege a los hijos de los difuntos cuando estos son menores de edad, ya que permite nombrar a los tutores, las personas que se harían cargo si nunca les llegan a faltar los dos.

Hacer todos los trámites y afrontar esta burocracia es algo que Áltima lleva a cabo desde hace años para ayudar a las familias a iniciar el luto de la manera más natural.

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