El origen del conflicto entre clanes que ha obligado a marcharse de la Mina y Sant Roc a entre 300 y 500 personas es el asesinato, el 23 de enero, de un joven del clan de los Baltasares por parte de otros jóvenes del clan rival, los Peludos.

Pocas horas después del crimen, los Baltasares organizan la revancha y van hacia las casas de los Peludos para quemar los pisos en los que viven. Pero no los encuentran. El éxodo de entre 300 y 500 personas por miedo a represalias provoca una situación extrema en el barrio. La ley gitana es implacable. El destierro del clan próximo a los asesinos no está escrito, pero es automático. Y así fue el 23 de enero en la Mina y en Sant Roc, entre las familias más próximas al asesino. 

Cronología de un crimen

La madrugada del 23 de enero, un asesinato, aparentemente fortuito a partir de una discusión en las puertas del bar Nirvana del Port Olímpic de Barcelona desencadena el conflicto entre clanes de la Mina. Un joven, de 28 años y de los Baltasares muere desangrado cuando le clavan una botella de cristal rota. Los presuntos asesinos, eran del clan rival de los Peludos.

La policía refuerza la vigilancia en Santa Coloma de Gramenet, donde vivía la víctima, y en el barrio de la Mina, por donde se movía habitualmente. 

El 28 de enero se detiene un primer sospechoso vinculado con el asesinato. Lo encuentran en Bilbao, lo detiene la Ertzaintza y el juez decreta prisión provisional. 

El 5 de marzo la policía detiene un segundo implicado en el asesinato. El arresto se hace en Málaga después de la identificación de un sospechoso por parte de los Mossos d'Esquadra.

La policía todavía busca a un tercer asesino. Ya lo ha identificado y ha emitido una orden de busca.

El papel de las instituciones

Tres semanas más tarde del crimen y con una situación tensa en el barrio de la Mina, con Mossos d'Esquadra desplegados noche y día, mediadores intentando rebajar la tensión y desconfianza en las plazas y porterías, la Generalitat mueve ficha. 

Convoca una mesa para abordar la situación. Cita a los ayuntamientos de Barcelona, Sant Adrià de Besòs, Badalona y Santa Coloma de Gramenet, y a cuatro departaments del Govern: Treball, Afers Socials i Família; Ensenyament; Governació, Administracions Públiques i Habitatge; i d'Interior. El objetivo es restablecer la normalidad en el barrio, entre los clanes y en los municipios que han recibido el éxodo. 

La mesa de coordinación se crea con la intención de recoger los datos sobre el impacto de la situación entre las familias, con especial atención a la afectación entre los niños y las personas mayores, y con la intención de impulsar varias actuaciones. De la metodología que se seguirá y de las actuaciones, no trasciende nada. Sólo la idea de hacer una especie de lista blanca para poder reubicar a los gitanos en viviendas sociales.

El supermercado de la droga

La Mina es el supermercado de la droga de Barcelona y alrededores.

Entre los últimos grandes dispositivos de los Mossos d'Esquadra está el del 23 de noviembre del 2015, con 1.300 agentes en 15 municipios de Catalunya. La macrooperación se salda con 83 detenidos y más de 70 cacheos. El dispositivo arranca de una investigación de finales del 2014, el objetivo de la cual era desmantelar los principales puntos de distribución de heroína y de cocaína que estaban instalados en pisos ocupados de la Mina y del barrio del Besòs de Barcelona.

Y la competencia entre clanes también sale de aquí. ¿Qué familia se queda la mejor parte del mercado? La revancha de estos días con los Baltasares asediando a las otras familias, se aprovecha para quedarse la mayor parte del mercado de la droga atemorizando la competencia. Un mercado que hasta ahora controlaban los Peludos clan del que forman parte los asesinos.

La solución pasa por un "acuerdo mercantil". Un acuerdo que reparta el mercado de la droga entre clanes.