El Ayuntamiento de Tarragona ha decidido cerrar el anfiteatro romano de forma provisional a raíz de un informe externo encargado por el consistorio que alerta de que la degradación que presenta el monumento puede poner en peligro la seguridad de las personas y la propia conservación patrimonial.

Según ha anunciado el conseller de Patrimoni, Hermán Pinedo, el cierre se hace por "prudencia" y "urgencia", pero en ningún caso por una "emergencia" que comprometa su integridad a corto plazo.

La prioridad del Govern ahora es complementar el informe realizado por el equipo J.M. Sirviente con el de los arquitectos municipales, con el fin de tomar las decisiones que se consideren oportunas.