La Coordinadora Catalana de Cofradías y Hermandades de Semana Santa ha decidido suspender todas las procesiones, tanto en tiempo de Cuaresma como para Semana Santa y Pascua por la situación epidémica. "Este año, el contexto de pandemia que afecta al país y el mundo sigue repercutiendo en la salud de la población y los sectores económicos. Las dinámicas sociales y los acontecimientos públicos también se han visto alterados. Ante las restricciones del Procicat, y actuando con juicio y responsabilidad, este año no se celebrarán las grandes procesiones ni los actos de expresión pública de fe que llenaban las calles durante los días santos", han informado.

La Coordinadora Catalana ha apostado para "seguir adelante con el revulsivo cultural y religioso que es la Semana Santa a través de recursos y mensajes en las redes sociales y en las diferentes plataformas comunicativas", y ha animado a los cofrades a vivir esta Semana Santa "con la misma intensidad de cada año". Aunque se hayan suspendido las grandes procesiones, hacen un llamamiento para trabajar con los consiliarios, las administraciones locales y sanitarias para poder llevar a cabo "acciones de muy pequeño formado en los templos y recintos culturales, siempre actuando con responsabilidad y siguiendo las recomendaciones del Procicat."

El obispo de Lleida, Salvador Giménez, se refiere a esta suspensión de las procesiones de Semana Santa a su carta dominical de hoy, en la cual, bajo el título 'Cofradías y Hermandades', pide que los feligreses vayan pero a las celebraciones parroquiales: "En años anteriores, días antes de la Semana Santa, había mucho movimiento en el interior de las cofradías, hermandades y congregaciones para preparar los pasos, los horarios, las preceptivas autorizaciones, las solicitudes de colaboración por parte de sus dirigentes, la expresión ilusionada para mejorar los actos con respecto a los años precedentes", añora al obispo.

En cambio, "este año se ha producido un cambio radical". Así pues, argumenta que "en las calles y plazas no habrá manifestaciones externas para conmemorar los últimos días de la Vida, Muerte y Resurrección del Señor porque las condiciones impuestas por la pandemia impiden las celebraciones que reúnan a mucha gente". El obispo leridano admite que la suspensión de las procesiones ha causado "desilusión en muchos seguidores y responsables", aunque desde enero ya se apuntaba esta posibilidad. "Tengo que constatar que, aparte del desencanto y decepción, ha habido, en general, una gran comprensión por las medidas adoptadas. Se nos pide responsabilidad personal y también institucional. La hacemos nuestra y lo aceptamos, sin dejar de pedir a Dios por el fin de esta situación que ha creado tanto miedo, tanto sufrimiento y tanta muerte. El año pasado ya se suspendieron".

Ante esta situación, el prelado aconseja participar en las celebraciones parroquiales: la Misa del Domingo de Ramos, la confesión, la Misa de la Cena del Señor, los Oficios del Viernes Santo, el Velatorio Pascual y la Misa del Domingo de Pascua. "Respetaremos siempre los aforos para los lugares de culto que nos indican las autoridades", puntualiza el obispo, que recuerda que se trata "de una situación temporal que no tiene que relajar nuestra participación y vivencia de nuestra fe".