"Hasta el 40 de mayo, no te quitas el sayo" decía el dicho, pero el dicho no tenía en cuenta el cambio climático ni el aumento de la temperatura global del planeta.

Un año más se acerca el verano y las previsiones vuelven a ser de calor extremo y, de hecho, si no cambia nada, cada año subirán más. En eso se le suma la nueva factura de la luz, con sus horas valle en horarios intempestivos, y los precios cada vez más elevados.  

Además, la arquitectura tradicional, con grandes muros que frenaban el calor, y paredes blancas que reflejaban el sol, tenían más en cuenta las condiciones climáticas que las casas donde acostumbramos a vivir, aunque cada vez se están haciendo más edificios energéticamente eficientes. Viendo este panorama: ¿qué podemos hacer para sobrevivir al calor sin aire acondicionado?

El primero que tenemos que saber es que el aire acondicionado solo saca el aire caliente de casa, y traslada el problema del calor al exterior, por lo tanto, lo que está haciendo en realidad es retro-alimentar el gran problema que tenemos encima: la emergencia climática.

Considerando eso, aquí tenéis unos trucos para sobrevivir en verano de una manera más sostenible (tanto económica como climáticamente):

  • Controla las persianas de casa, no dejes entrar el sol durante el día, ya que hará que la temperatura interior aumente a medida que lo hace el exterior. Si casa tuya está orientada al este, tendrás solo de mañana, si está orientada al oeste, lo tendrás de tarde; en cualquier caso, ciérrale la entrada. ¡Recuerda que hablamos de sol, no de luz! Si tienes persianas alicantinas (enrollables de madera), todavía mejor: la tradición de pasarla por fuera de la baranda del balcón no falla, crea una cámara de aislamiento y, además, impide que el sol incida en la ventana.

persianas

Pueblo con persianas | Foto: Pixabay

  • Pasa las cortinas durante las horas de sol. La idea es mantener la temperatura de la madrugada, es decir, la más baja del día, dentro de casa todo el tiempo que podamos. Para conseguirlo, las pequeñas cámaras de aire que se crean al añadir capas de separación entre el calor externo y la temperatura interna son de gran utilidad.
  • Ventila cuando haya bajado el sol. Hacia la noche es el mejor momento para abrir las ventanas y subir las persianas para dejar que el aire entre. Si las podemos mantener así toda la noche, mejor. Si, de paso, aprovechas para regar las plantas del balcón o ventana, se creará un ambiente más fresco y bajará la temperatura de la fachada.
  • Aprovecha las corrientes de aire que puedas crear en casa y, si tienes alguna ventana que abra en un patio interior, ten en cuenta que seguramente será la que más aire fresco reciba. Antiguamente se mojaban las cortinas de estas ventanas para refrescar todavía más el ambiente.
  • Si utilizas ventilador, oriéntalo hacia el exterior: de esta manera es mucho más eficiente, ya que saca el aire caliente de la habitación, pero recuerda que eso solo es eficiente cuando la temperatura exterior es inferior a la interior (es decir, cuando ha bajado el sol).
  • Evita los focos de calor dentro de casa, evita tener ordenadores o televisores encendidos sin necesidad, ya que son foco de calor que pueden hacer aumentar la temperatura de casa. Utiliza luz natural en vez de encender las luces, o, si no puedes evitar encenderlos, utiliza luces led, que prácticamente no pierden energía en forma de calor. De la misma manera, evita cocinar, sobre todo en horno, y aumenta la ingesta de alimentos crudos (ensaladas, gazpacho, fruta ...). Si cocinas, enciende el extractor, ya que, además de llevarse los olores, se llevará el aire caliente.
  • Las duchas, mejor frías o tibias, y el mismo pasa con fregar los platos, ya que, aunque a menudo lo olvidamos, el calentador de agua también es un foco de calor.

En definitiva, los remedios antiguos son los más útiles en estos tiempos de cambio climático y facturas de luz elevadas.