El fiscal del juicio por el 9-N y también del caso Palau -entre muchos otros-, Emilio Sánchez Ulled, dejará su puesto en el Ministerio Público como fiscal Anticorrupción en Barcelona a finales de junio -para acabar con el juicio del Palau de la Música- para marcharse a trabajar a Bruselas.

Ulled, tal como publica hoy el BOE, ha sido nombrado por el gobierno de Mariano Rajoy Conseller de Justícia en la representación permanente de España delante de la Unión Europea, un cargo diplomático que lo convierte en el asesor del Estado español en temas judiciales. A la candidatura -vacante desde finales de 2016- aspiraban siete personas más.

Sánchez Ulled, que trabajaba desde 2005 como fiscal Anticorrupción a Barcelona, afronta su nuevo cargo en Bruselas como un paréntesis voluntario de su carrera al Ministerio Público, después de años en la palestra mediática, también con juicios como el caso Hacienda que acabó con el expresidente del FC Barcelona Josep Lluís Núñez en la prisión.

¿Quién es Sánchez Ulled?

El todavía fiscal Anticorrupción trabajó durante dos años en la Oficina Europea contra el Fraude (OLAF) en Varsovia y anualmente ha trabajado en consultorías y análisis en justicia penal y anticorrupción encargados por la Unión Europea, cosa que lo ha obligado a viajar a países como Bulgaria y Rumania.

Miembro de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), de la cual fue portavoz, Sánchez Ulled tuvo a sus manos la responsabilidad de ser el fiscal de guardia en Barcelona el 9-N y su criterio, favorable a abrir diligencias de investigación pero sin ordenar la retirada de las urnas, fue lo que defendió el ministerio público en todos los juzgados catalanes donde se interpusieron denuncias por la consulta independentista.

Esta circunstancia propició que el ex-fiscal general del Estado Consuelo Madrigal le encargara la querella del 9-N contra el expresidente Artur Mas, un juicio que lo puso bajo el foco de los medios y dio a conocer su mordaz e irónica retórica, con la cual se desahogó en los informes finales de la vista oral.

Días más tarde, Emilio Sánchez Ulled volvió a coger protagonismo al principio del juicio por el saqueo del Palau de la Música, en el cual los exresponsables de la entidad cultural acabaron acusando a CDC del cobro de comisiones de la constructora Ferrovial, gracias a las negociaciones de última hora que el fiscal mantuvo con las defensas para rebajarlos la condena por el atenuante de confesión.

Servicios especiales

El nombramiento de Sánchez Ulled como Conseller de Justícia de la Unión Europea lo obliga a pasar a desarrollar servicios especiales en un plazo de tres días, aunque la Fiscalía ha solicitado aplazarlo hasta finales de junio para que acabe el juicio del Palau de la Música, pendiente ya de las conclusiones de las defensas y los informes finales.

Con su partida, Sánchez Ulled deja atrás una trayectoria en la lucha contra la corrupción que empezó el año 2005 en Barcelona y que ha conseguido llevar a juicio a los exinspectores de Hacienda acusados de aceptar sobornos de empresarios -caso en que los principales acusados ingresaron en la prisión- o dejar a un paso del banquillo a los exresponsables de la Asociación Catalana de Municipios (ACM).

Recientemente, también ha investigado la grabación de la conversación en el restaurante La Camarga de Barcelona entre la dirigente del PP Catalán Alicia Sánchez Camacho y Victòria Álvarez, expareja de Jordi Pujol Ferrusola, así como presuntas irregularidades en la contratación de la Agencia Catalana del Agua (ACA) y a la entidad municipal Barcelona Regional cuando la presidía el exconcejal de CiU Antoni Vives.