La industria de los juguetes eróticos para la mujer vivirá una época de bonanza en el futuro a corto plazo. Es lo que aseguran estudios como el informe sobre el mercado global de juguetes sexuales femeninos, publicado por Technavio, que concluye que el sector crecerá un 11% cada año hasta conseguir un incremento de 6.180 millones de euros en el 2024. El éxito reciente de determinados productos de la industria erótica es detrás de estas expectativas, especialmente el del succionador de clítoris Satisfyer, que, a pesar de su corta vida, ya acumula más de 6,5 millones de entradas en Google. Estas cifras eran inimaginables hace sólo algunos años, cuándo hablar públicamente de juguetes sexuales femeninos era una excepcionalidad. "La sexualidad femenina no sólo era tabú, a veces ni existía. Las investigaciones sobre la complejidad del clítoris son recientes, por ejemplo", recuerda Begonya Enguix, profesora de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC.

Los expertos coinciden en que hablar sin ambages del placer femenino y de las herramientas tecnológicas que ayudan a llegar representa una novedad, y hace evidente el cambio en la manera como hombres y mujeres miramos y percibimos las relaciones erótico-sexuales. Este hecho, según la antropóloga y experta en masculinidades Begonya Enguix, es relacionado con el auge y la presencia social de movimientos feministas y con el aumento de la conciencia sobre la necesidad social de unas relaciones de género justas e igualitarias.

No obstante, aunque este nuevo escenario comporta un paso más hacia la igualdad, no todos perciben de manera positiva el cambio, ya que puede crear inseguridades en el sector de la población masculina más tradicional. "En el caso de masculinidades tradicionales que se consideran custodias del cuerpo femenino y responsables únicas de su placer, pueden ver amenazada su virilidad", señala Enguix, que es investigadora del grupo MEDUSA (Géneros en Transición: Masculinidades, Afectas, Cuerpos y Tecnociencia) de la UOC.

Como explica Begonya Enguix, con una perspectiva tradicional se considera que el hombre es el miembro activo de la pareja heterosexual y la da, un objeto a la espera de ser seducido y conquistado, un elemento pasivo destinado al uso y disfrute masculinos. Y los hombres que siguen viviendo de esta manera las relaciones sexuales son los que pueden encontrar en los juguetes eróticos a un competidor. No obstante, en opinión de los expertos, este porcentaje de la población es cada vez más reducido. "Afortunadamente, hay muchas parejas heterosexuales que no funcionan de esta manera ni consideran que la responsabilidad sobre unas relaciones personales, afectivas y sexuales llenas y agradables tiene que recaer únicamente sobre el miembro masculino", señala la profesora de la UOC, a una de las impulsoras del congreso internacional Men in Movement.

Adiós a la brecha del placer

El paso hacia unas relaciones más igualitarias también en el terreno sexual no es el único efecto que lleva con si la visibilidad del placer femenino individual. Otra consecuencia es que ha ayudado a liquidar el tópico que los hombres tienen más necesidades de relación sexual o de satisfacción sexual que las mujeres. "En realidad se trata de un mito superado ya hace tiempo; quizás habría que hablar de una ideología puesta en circulación en momentos históricos determinados", señala el sociólogo Francesc Núñez, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, que recuerda que en el Decameró ya se afirmaba que "un gallo es suficiente para diez gallinas, pero que ni con cien hombres es suficiente para satisfacer a una mujer. Así, pues, la superioridad masculina está puesta en duda de hace mucho tiempo", afirma.

Tampoco el uso de los juguetes sexuales por parte de las mujeres es nada de nuevo. El estudio sobre creencias sobre el uso de vibradores en las mujeres ya puso de manifiesto hace casi una década que la utilización de vibradores era una cosa común para las mujeres, y que los que los valoraban positivamente disfrutaban más de las relaciones sexuales. No obstante, sí que hay una novedad con respecto a los juguetes eróticos, y es que los medios tecnológicos que incorporan son cada vez más sofisticados. "La tecnología siempre ha sido aplicada a las prácticas sexuales (y en todas las acciones humanas). Pero las nuevas tecnologías son más potentes en su capacidad de intervenir en este caso en el placer erógeno o sexual", afirma el profesor de la UOC.

Esta es una de las razones que la satisfacción sexual obtenida por medio de estos productos haya aumentado los últimos años. ¿Eso quiere decir que tenderemos cada vez más a vivir el sexo individualmente? "De momento no parece que estas prácticas tengan que sustituir las relaciones corporales entre personas", señala Francesc Núñez. "Sin embargo, sin duda, en muchos casos pueden suplirlas y reducir la búsqueda (o la necesidad) de las relaciones 'físicas'", afirma, ya que, según el experto, como más va más nuestra relación con el mundo pasará a través de la tecnología y de las pantallas.