¿Cuánto contamina viajar en avión? Pues ni más ni menos que 20 veces más de lo que contamina hacerlo en tren. Las emisiones del avión son, por término medio, de unos 285 gramos de CO2 por persona y kilómetro volado, mientras que las de un tren son de 14 gramos de CO2 por persona y por kilómetro por término medio. A pesar de todo, cada 0,86 segundos se eleva un avión en el mundo. En países como Suecia con una alta conciencia medioambiental, utilizar el transporte aéreo está mal visto y es lo que se conoce como flygskam, la 'vergüenza de volar en avión'.

¿Pero qué es exactamente? "Es un movimiento ecologista que quiere concienciar de cómo son de contaminantes los desplazamientos aéreos enfrente de otros medios de transporte como el tren", afirma el profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y experto en turismo, Pablo Díaz. El flygskam está detrás de la bajada en el número de vuelos en Suecia: en el 2018, un 23% de los suecos renunció a volar para reducir su impacto climático, según datos del Fondo Mundial por la Naturaleza (World Wildlife Fund WWF), hecho que implica un aumento de seis puntos porcentuales con respecto al año pasado.

aviones pixabay

Flygskam vs tagskryt

Ahora bien, todos los vuelos no son igual de discutibles. "Considera especialmente criticables los desplazamientos en avión de duración menor a una hora o en torno a una hora entre capitales que están bien cubiertas por conexiones con tren", explica Díaz. En muchos casos, el ahorro en tiempo viajando en avión es muy bajo, y más si hay conexiones por tren rápido entre las ciudades. De hecho, el número de pasajeros en los aeropuertos suecos ha caído un 8% desde que ha empezado el año. Delante de este escenario, el tren gana adeptos.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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"Paralelo al movimiento flygskam se desarrolla el opuesto tagskryt u 'orgullo de viajar en tren'", comenta Díaz. Según datos del WWF, casi uno de cada cinco suecos (18%) escogió viajar en tren en vez de en avión durante el año pasado. La baja emisión de este tipo de transporte sumado al hecho de que algunos jóvenes activistas lo han hecho consigna de su lucha contra el cambio climático, como Greta Thunberg, impulsora de los Fridays For Future, ha incrementado el uso del tren en el país sueco. El perfil que hay detrás del flygskam es principalmente de jóvenes, mujeres y residentes en áreas metropolitanas.

¿Cómo nace el flygskam?

"Suecia es uno de los países más concienciados del mundo en el ámbito ecológico y preocupado por el cambio climático; se sitúa a la segunda posición en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), o sea que tiene sentido que sea el origen de este tipo de fenómenos", afirma Díaz. De hecho, el cambio climático es el fenómeno social que más preocupa los suecos, según el barómetro climático anual del WWF.

Si se compara con el año pasado, cada vez más personas piensan a menudo en el cambio climático y más gente toma decisiones activas para vivir un clima más inteligente. Ya en las redes sociales se puede seguir el fenómeno con la etiqueta #StayOnTheGround, "estés a tierra", o #tagskryt, que acumula fotos de viajeros en tren.

"Hay más conciencia ecológica internacional, y por otra parte, somos en un momento álgido de competitividad entre las compañías aéreas de abajo coste (low cost), que ofrecen precios irrisorios para trayectos en muchos casos cortos, que pueden ser cubiertos fácilmente por transporte ferroviario", considera Díaz.

No obstante, muchas compañías de bajo coste consiguen ofrecer precios mucho más reducidos comparativamente a los que ofrece el tren, y la alta competitividad del sector, las políticas y las estrategias de precios permiten encontrar grandes ofertas. "Aun así, el crecimiento de las low cost parece haber llegado al punto máximo en los últimos años y, de hecho, ha dado lugar al cierre de algunas de estas compañías que a veces han competido con estrategias de precios insostenibles", puntualiza el experto.

¿Cómo lo viven las empresas?

"La conciencia medioambiental entre los turistas va creciendo y el sector ha percibido estas señales y cada vez se desarrollan más productos con conciencia ecológica y para estos públicos", explica Díaz. Algunas compañías aéreas empiezan a considerar mejoras tecnológicas para disminuir las emisiones contaminantes y mejorar la imagen.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Sin embargo, según el experto, la afectación del flygskam en la industria aérea es muy relativa y dependerá de cada país y de su preocupación ecológica. "En países muy concienciados, como los nórdicos, sí de que se puede notar un descenso en la demanda de vuelos de corto recorrido y una alta sustitución al tráfico ferroviario". Díaz afirma que el fenómeno cogería fuerza si los estados tomaran parte en el asunto. "Si las autoridades emprendieran medidas de restricción de vuelos de corto recorrido, y fomentaran y subvencionaran más el uso del tren y otros transportes menos contaminantes, las consecuencias entonces sí que podrían ser más importantes", concluye Díaz.