La Audiencia de Barcelona ha condenado a un agente de la Guardia Urbana de la capital catalana por romper la mandíbula de un puñetazo a un ciudadano y darle patadas cuando estaban en la comisaría de la policía barcelonesa en la Rambla, la tarde del 9 de julio del 2011.

En una sentencia, la sección novena de la Audiencia concluye que el tribunal tiene "la certeza" de que el policía acusado, Daniel B., golpeó a la víctima rompiéndole la mandíbula. Los hechos sucedieron a partir de las 15 horas cuando el hombre, natural de Bangladesh, estaba en la salida de la parada de metro de Liceu esperando a un amigo para ir a comer juntos.

Allí, paró una furgoneta de la Guardia Urbana en la cual iban el acusado y dos agentes más, que identificaron al hombre y, como el único documento que tenía era el certificado de empadronamiento, lo llevaron a la comisaría de la Rambla.

El acusado y la víctima entraron en el edificio y, después de avanzar unos metros por el pasillo, el policía le dio un puñetazo que le rompió la mandíbula, después el hombre se cayó al suelo, y el agresor siguió dándole dos o tres patadas, según el tribunal.

"Sin dejar rastro de la presencia" de la víctima en la comisaría, los dos salieron del recinto policial y, minutos después, el hombre agredido se encontró con el amigo con el cual había quedado para comer. Lo encontró sentado en el suelo, vio que no podía hablar y que escupía sangre, de manera que los dos acudieron a un centro médico, y después tuvo que ser operado ya en el hospital.