Hace una semana que el colectivo del Banc Expropiat ha okupado otro local. Es otra sede de un banco, a sólo 50 metros del anterior local. Para esquivar un desalojo exprés hicieron público ayer el sitio, coincidiendo con las Festes de Gràcia. La nueva okupación, argumentan, es porque necesitan un centro de operaciones donde hacer sus actividades, pero a nadie se le escapa que también es una medida de presión más para volver al Banc Expropiat.

Lejos del ambiente festivo de Gràcia, el concejal del distrito, Eloi Badia ha comparecido en el Ayuntamiento, en la plaza Sant Jaume, para alejar la polémica y lo ha hecho para no poder aclarar prácticamente nada, porque ni el local es municipal, ni está en sus manos devolver el Banc Expropiat al colectivo. Tampoco para explicar ninguna tarea de mediación.

Lo que sí ha dicho Badia, forzado por las preguntas de la prensa, es que no ven la nueva okupación como "una provocación". El concejal del Districte de Gràcia ha hecho equilibrios en sus declaraciones para no provocar ninguna reacción ni del Banc Expropiat ni de los vecinos que durante semanas estuvieron reclamando al Ayuntamiento y a la policía que acabara con la situación de disturbios que generó el desalojo: "El Ayuntamiento no nos sentimos presionados, somos conscientes de que Gràcia y Barcelona tienen una riqueza de propuestas y de planteamientos por parte de la ciudadanía muy diversa, no nos sentimos provocados, ni mucho menos. Éramos conscientes de que el proyecto tenía muy buena acogida en el barrio".

Sobre qué pasará ahora, Badia se muestra a la expectativa. Es el propietario quien tiene que tomar la decisión de denunciar la okupación. El concejal tampoco tiene claro si este nuevo proyecto arraigará: "Se tiene que ver si el proyecto se acaba desarrollando en este espacio o no, por lo tanto de momento desde el Ayuntamiento y desde el distrito estamos un poco a la expectativa de cómo evolucionará en los próximos días esta situación".

El Ayuntamiento poca cosa puede hacer, tanto si el proyecto en el nuevo Banc Expropiat se consolida como si no. Sólo, tal como admite Badia, se tiene que velar para que haya plena convivencia, respeto por el espacio público, respeto por los vecinos.

No habrá más policía

Mientras tanto y en medio de las Festes de Gràcia, no está previsto un aumento de la seguridad del dispositivo de mínimos, que como los últimos años montan los Mossos d'Esquadra. "Tenemos confianza y esperamos que la Festa Major acabe con total tranquilidad –ha dicho Eloi Badia–. No se prevé que haya incidentes pero pondremos el máximo de atención".

Y es que Badia ha justificado al colectivo exponiendo que no se ha hecho la okupación durante las fiestas y que, por lo tanto, no hay ninguna voluntad de crear ninguna situación incómoda para los vecinos, asociaciones y visitantes: "Entendemos que no se había querido coincidir plenamente con las fechas, pero seguramente había una oportunidad que han utilizado para esta okupación".

Sin mediación ni diálogo

El Ayuntamiento explica que la relación entre el consistorio y el Banc Expropiat es correcta pero admite que desde los hechos del mes de junio no ha habido ningún diálogo para buscar un lugar donde el colectivo pueda hacer sus actividades.

El Ayuntamiento no quiere hacer de juez pero sí que mediará, dice, si vuelve a haber un conflicto. Eloi Badia mira con perspectiva los disturbios posteriores al desalojo y todo lo que generó y ahora hace una valoración positiva sobre el papel del consistorio, que medió, dice, y dialogó: "Evolucionó día a día. Hubo una interlocución, no sólo por parte del Ayuntamiento. Hubo diálogo por vías de expresión del conflicto muy pacíficas".

Badia asegura que si se vuelve a generar una situación similar, el Ayuntamiento intervendrá: "Si vemos que aumenta la tensión, nuestro trabajo es hacerla bajar y llevarla por unos canales que garanticen la convivencia".