Un nuevo testigo asegura que fue víctima de los abusos del monje de Montserrat denunciado hace unos días por un exesculta. Según ha relatado al diario Ara, el hermano Andreu se metió en su cama y le hizo tocamientos en los genitales. Ricard Zamora, que ahora tiene 55 años, explica que el monje empezó a tocarlo y hacerle pedagogía de donde podía encontrar placer en su pene.

Duró unos pocos minutos porque él lo paró. El hermano no insistió más y se marchó de la celda. Ricard huyó aquella misma noche del monasterio, donde lo habían enviado para enderezarlo de una adolescencia complicada. Era la primera noche que dormía allí.

El diario también explica el caso de un mosén de Vilobí d'Onyar que hizo tocamientos a niños durante 30 años, entre finales de los 60 y finales de los 90. Algunos niños lo explicaron a los padres pero al sacerdote nunca le pasó nada. Los casos no se denunciaron pero se trasladaron al obispado de Girona en los años 70 y 80.