El RCD Espanyol depende de sí mismo para mantenerse en Primera División. Tras dos derrotas, una en casa contra el FC Barcelona, con la victoria de la Liga para los de Hansi Flick, y la derrota a domicilio contra Osasuna el pasado fin de semana, el trabajo todavía no está hecho y los pericos necesitan ganar para evitar tener que mirar de reojo al Leganés, que juega en casa contra el Valladolid, ya descendido. El Espanyol se enfrentará a Las Palmas, que también, oficialmente, ha bajado. Los de Manolo González lo tienen bien, pero tienen que hacer el trabajo. El estadio, el RCDE Stadium, será una olla a presión y los blanquiazules ya han hecho un llamamiento a filas. No quedan entradas y todo aquel que no puede ir al partido ya ha liberado su localidad para convertir Cornellà-El Prat en el duodécimo jugador para cerrar una temporada que no pasará a la historia; al menos, por el fútbol de Puado o Cabrera. Alrededor de las ocho y media del sábado sabremos si, como se espera, el año que viene seguirán tres equipos catalanes en Primera o si el Espanyol entra en una crisis sin muchos precedentes.

Y este último escenario, que nadie espera, pero que no es imposible, es el que más preocupa a los Mossos d'Esquadra, que el sábado tendrán que velar por la seguridad del partido. Un posible descenso de los pericos puede acabar con graves incidentes en el estadio y en el exterior. La policía catalana ha diseñado un operativo de máximo nivel, que se asemejará al de un partido de alto riesgo. Las aficiones más radicales del Espanyol llevan meses en pie de guerra con la directiva y la propiedad, por la falta de inversión en el club que, según ellos, ha hecho Chen Yansheng, el propietario chino del club. Varios grupos de animación ya han hecho público su posicionamiento en contra de la gestión de Yansheng al frente del Espanyol y una derrota el sábado podría hacer saltar por los aires una paz social que, hasta ahora, se ha mantenido.

Miedo a incidentes si el Espanyol desciende

Un descenso de los blanquiazules preocupa a los Mossos d'Esquadra por las acciones que puedan generarse contra la junta directiva, por parte de los propios aficionados del Espanyol, primero en el interior del estadio y después en el exterior. Como en el partido contra el Barça, la semana pasada, se desplegarán equipos de orden público para reforzar la previa del partido, la llegada de los jugadores —en el partido de hace siete días los Mossos tuvieron que actuar para contener a los aficionados pericos, que también se enfrentaron con la policía— y también, y sobre todo, para el final del encuentro, si el resultado no es el que todos esperan.

Llegada autobús Espanyol derbi Barça / Foto: Carlos Baglietto
Llegada del autobús del Espanyol antes del partido contra el Barça / Foto: Carlos Baglietto

El incremento de presencia de equipos de orden público, en comparación con otro partido de Liga, y también el refuerzo de los límites del terreno de juego en la fase final del partido, será visible, aseguran fuentes policiales a ElNacional.cat. Entre los escenarios críticos que también tienen sobre la mesa los Mossos d'Esquadra de cara al partido del sábado está la posibilidad de protestas por parte de los aficionados pericos contra los vecinos de Cornellà, con quienes tienen una disputa por la ocupación de la vía pública en las previas de los partidos. Basta recordar el incidente registrado antes del partido con el FC Barcelona, cuando una conductora atropelló a varias personas, hiriendo a diecisiete —una de ellas, un hombre de 41 años, que sigue ingresado grave— con el coche en la zona exterior del estadio. Los analistas de la policía catalana tampoco descartan que puedan vivirse momentos de tensión también contra la junta de Chen Yansheng, incluso manteniendo la categoría.

Más restricciones alrededor del estadio

Más allá de estos dispositivos de máximos que coordinará el inspector Jordi Rodon, coordinador de seguridad de los partidos del Espanyol de los Mossos d'Esquadra, junto con el intendente Joan Salamañà, coordinador general de eventos deportivos de Catalunya, también habrá cambios en la zona exterior del estadio. El atropello de antes del derbi ha hecho aumentar la vigilancia en la zona. La investigación sigue en la misma línea: fue un hecho accidental, en ningún caso provocado o intencionado. La conductora, una vecina de la zona que había salido de un aparcamiento de una de las calles en el interior de la zona de exclusión, fue arrestada y entregada al juez, que ahora la investiga por un delito de desobediencia —los agentes de los Mossos le hicieron detenerse y aceleró— y también por conducción temeraria y lesiones, por los aficionados del Espanyol heridos, aunque la dejó en libertad, después de retirarle el carné y el vehículo.

Los Mossos, sin embargo, ampliarán la protección de la zona cercana al estadio, y junto con la policía local de Cornellà, también se restringirá el acceso a los vecinos por las calles que dan al RCDE Stadium para evitar más sustos. El análisis del accidente de la semana pasada también hará que, una vez terminada la temporada, los Mossos, junto con el club y los ayuntamientos afectados, replanteen el modelo de convivencia entre los vecinos y los aficionados del Espanyol en días de partido. La zona donde se produjo el atropello era uno de los puntos donde los aficionados pericos hacen las previas de los partidos, con cánticos, bengalas, botes de humo y cerveza antes de entrar al interior del estadio.