La sequía continúa bien viva. Las lluvias de los últimos meses solo han servido para aliviar la situación crítica en los pantanos catalanes y la llegada del verano ha provocado un nuevo retroceso. Y es que el nivel de agua en los embalses de las cuencas internas catalanas ha roto la tendencia al alza y ha vuelto a retroceder durante el mes de julio. Los pantanos se sitúan por debajo del 28%, con datos oficiales de este sábado. Después de que en mayo el volumen cayera hasta el 25% y tocara mínimos del actual periodo de sequía, el nivel de agua subió al 30,2% en junio, gracias a la lluvia. Es "normal" que la cifra haya bajado durante julio, según informa la Agencia Catalana del Agua, ya que "se consume más agua, hay una mayor evaporación, y menos aportaciones por las lluvias".

A pesar de la caída de este mes, la ACA mantiene que no se entrará en fase de emergencia por sequía hasta como mínimo noviembre, si no hay lluvias relevantes antes, informa la ACN. Y es que, a pesar de las buenas sensaciones que han dejado los últimos chaparrones, las lluvias de mayo y junio han permitido recuperar "solo unos cinco puntos el nivel de reservas", principalmente en el sistema Ter Llobregat, mientras que en zonas como el Alto Empordà o las comarcas de Tarragona, la falta de lluvias ha hecho que la recuperación sea "casi inexistente".

Darnius Boadella, Siurana y Riudecanyes, en mínimos históricos

De hecho, el pantano de Darnius Boadella (Alt Empordà), está al 21,5% de su capacidad total, unos niveles que no se habían visto desde, como mínimo, el año 2000. Se trata de una circunstancia que comparte con el de Riudecanyes (Baix Camp), que tiene un nivel del 5,3%. Con respecto al de Siurana (Priorat), no registraba un nivel tan bajo desde hace 23 años, con un 5,9% de agua embalsada. Darnius, Riudecanyes y Siurana están en la cola, seguidos del pantano de Sau, que tocó fondo a mediados de abril con un 6,5%, cuando acabó la transferencia de caudal hacia Susqueda para garantizar la calidad del agua. El icónico embalse situado en Osona está ahora al 25,3%, a fecha de 29 de julio, una recuperación con respecto a la primavera, pero un descenso con respecto al 31,9% del 1 de julio, el valor máximo de este periodo de sequía.

Susqueda (Selva) se encuentra al 28,5%, el nivel más bajo desde la sequía de 2008, mientras que La Baells (Berguedà) registra un 36,3% de agua, unos diez puntos más que en primavera. La Llosa del Cavall (Solsonès) se mantiene justo por encima del 25%, un valor similar al resto de este año, mientras que Sant Ponç (Solsonès) está en el 38%, diez puntos más que mayo. Entre los pantanos gestionados por la Confederación Hidrográfica del Ebro que se sitúan en Catalunya, solo hay dos con un nivel de agua inferior al 50%: el de Guiamets (Priorato), a un 5,2% de su capacidad total, y el de Rialb (Nogal), al 19,5%.

Las restricciones no se levantarán a corto plazo

La ACA prevé pocas lluvias durante el mes de agosto, pero espera que en otoño haya más precipitaciones. En cualquier caso, no calcula que se levanten las actuales restricciones a corto plazo, y recuerda que haría falta que los embalses alcanzaran un nivel de reservas de más del 60% para volver a la normalidad. El 16 de mayo, el Govern aprobó el plan de gestión del agua de las cuencas internas 2022-2027, con una inversión superior a los 2.400 millones de euros, el triple que en el anterior plan. Aunque es a cinco años vista, la autoridad que rige las cuencas internas explica que algunas actuaciones como la ampliación de la desalinizadora de la Tordera y la desalinizadora del Foix "puedan estar terminadas antes de lo previsto".