La niña de 20 meses que murió a causa del impacto de una piedra de hielo en la Bisbal del Empordà (Baix Empordà), es la primera víctima mortal en una granizada en los últimos 25 años en toda Europa, según los registros del European Severe Storms Laboratory (ESSL) (Laboratorio Europeo de Tormentas Severas en inglés). Según ha informado la investigadora catalana del National Center for Atmospheric Research (NCAR-science) Anna Del Moral Méndez en Twitter, de acuerdo con el European Severe Weather Database, las últimas defunciones a causa de una granizada fueron cuatro personas en Rumania el 20 de junio de 1997. En el tuit donde ha compartido esta información, la meteoróloga ha lamentado que sea "Catalunya que rompa la tendencia".

TUIT meteorología granizada episcopal emporda muerto
El tuit de la experta en tiempo severo

Primera muerte en Europa de una granizada desde 1997

"Según el ESSL, no había registros de defunciones de una granizada en Europa desde 1997. Es triste que esta vez Catalunya rompa la tendencia: 1 muerte y 30 heridos a causa de las piedras de 10 cm de diámetro", ha explicado Del Moral en Twitter. Según datos más recientes, una setentena de personas habrían resultado heridas en el marco de las tormentas a la Bisbal. Por su parte, el también meteorólogo catalán Oriol Rodríguez Ballester ha recordado en su cuenta de Twitter que el ESSL analizó en 2019 un total de 39.537 casos de granizo en Europa recogidos en el ESWD hasta el 31 de diciembre de 2018 y vieron que "las muertes por piedra son extremadamente poco habituales, con el único caso de cuatro muertes el 20 de junio de 1997 en Rumania", ha detallado.

"También comprobaron que los heridos suelen estar relacionados con los episodios con piedras de un diámetro de más de cuatro centímetros y que el número de heridos aumenta al incrementarse el diámetro del granizo", ha añadido el meteorólogo, que también ha subrayado que durante el periodo del estudio hubo en Europa 96 granizadas con heridos. Rodríguez Ballester ha puntualizado que "hay que tener en cuenta que este tipo de estudios tienen limitaciones importantes en cuanto a los datos, porque dependen mucho de la observación y que la información llegue a la base de datos, un hecho que ha mejorado mucho en los últimos años con las redes sociales y los 'teléfonos inteligentes'".