La sede de la Jefatura de la Unidad de Intervención Policial (UIP) en Moratalaz (Madrid) hace treinta años que cuenta con un restaurante ilegal en su sótano, según publica The Objective. Se trata de un negocio ilegal regentado por siete agentes antidisturbios. Estos siete implicados no operaban en este restaurante en su tiempo libre, sino que sacaban tiempo de su trabajo como antidisturbios para hacer de cocineros para elaborar menús diarios a sus compañeros y jefes de la UIP. Además, en la sede se habrían celebrado fiestas de los mandos desde la pandemia.

Todo habría empezado el año 1989, en la época anterior a la UIP, donde los antidisturbios se conocen como Compañías de Reserva General. Desde entonces aquel sótano ha servido como uno restaurante ilegal regentado por los mismos agentes. ¿Hacerse cargo de este negocio ha sido una tarea demandada entre los mismos agentes, es decir, era un secreto a voces, sin embargo, por qué? Según informa el digital, trabajar en este negocio ilegal exime de las principales funciones de antidisturbios y, por extensión, permite conciliar.

El restaurante no cuenta con ninguna licencia, ni se ha podido encontrar en los listados del Ayuntamiento de Madrid sobre inspecciones sanitarias de hostelería del 2022, tampoco de años anteriores.

Gestión desde dentro

El digital apunta que todo funciona bajo el conocimiento del comisario jefe de la UIP, Francisco López Gordo. Teóricamente, en el pasado, los beneficios de este negocio ilícito se utilizaban para mantenerlo en funcionamiento. Sin embargo, últimamente, se ha utilizado la recaudación del restaurante ilegal para comprar la comida y el alcohol de las fiestas que tienen lugar en la misma sede. Todo habría conducido a un desfase de cuentas que habría dejado un agujero de 3.000 euros.

Malas condiciones

Además de ilegal, el restaurante no estaría en las condiciones óptimas. Fuentes de la policía han denunciado que "no pasaría ni un solo control de salubridad". Falta de higiene en los utensilios o insectos en el fregadero, son algunas de las quejas sobre la higiene de este sótano.

Fiestas en la sede

Según informa The Objective, desde la pandemia, el restaurante empezó a alojar fiestas de los mandos policiales donde corría el alcohol. Desde entonces este tipo de fiestas se habría ido repitiendo. En el momento más álgido de la pandemia se apunta que estas fiestas tenían lugar todos los viernes.

Todo se convirtió en una costumbre. Tanto es así que los viernes pasaron a ser un día señalado y la manera de organizar la fiesta se fue sofisticando. Se acondicionaba el espacio, se preparaba comida y la fiesta discurría presidida con el retrato de Felipe VI. Todo a cargo de otros antidisturbios a cargo de servir y limpiar en estas celebraciones.