Barcelona no ha sufrido los estragos de ningún tornado. La imagen que acompaña esta noticia no es real. Pero lo parece. Y más de una persona se la puede creer porque tiene una apariencia muy verosímil. La imagen de un tornado afectando a Barcelona ha sido creada con un sencillo programa de inteligencia artificial, de muy fácil acceso y uso. Este es solo un ejemplo, muy menor, de qué se puede hacer con esta nueva tecnología, que en inglés se conoce con las siglas AY (Artificial Intelligence) o IA en castellano. La irrupción de la inteligencia artificial se ha hecho muy popular en los últimos meses gracias a ChatGPT, el software que genera textos mediante esta técnica y de la que Open AI, su propietaria, ya ha presentado su cuarta versión, GPT4


La IA, cada vez más presente
 

Ya son muchas las empresas que están asumiendo la inteligencia artificial dentro de su modelo de negocio por las muchas potencialidades que tiene. Su capacidad de cruzar datos aumenta de manera exponencial y por eso muchas compañías ya están aplicando herramientas de IA en campos tanto variados como hacer un plan de negocio, análisis de riesgos o un simple escrito de presentación de un producto. En muchos casos, además, las conclusiones de los diferentes programas de IA comportan, directamente, toma de decisiones por parte de las empresas.

Pero como toda revolución tecnológica, la explosión de la IA comporta también una asunción de nuevos retos por parte de la sociedad. En este caso, hay diferentes ámbitos como pueden ser la eliminación de puestos de trabajo que hasta ahora hacen humanos, la pérdida de privacidad personal, los riesgos asociados a la inseguridad digital o de otros que ya han empezado a aparecer: es el caso de las aulas, donde algunos profesores empiezan a detectar que algunos trabajos presentados por sus alumnos han sido realizados por software de inteligencia artificial, o el de las fake news (cómo es el caso de la fotografía que acompaña esta noticia). De hecho, ya hace tiempo que hay en el mercado programas capaces de imitar voces y movimientos de personas, de manera que se pueden falsear discursos con la apariencia de la persona escogida; es lo que se conoce como las deep fake news

 

CIVICAicat para hacer frente a "oportunidades y preocupaciones"


Ante este panorama, ya se están constituyendo las primeras entidades para garantizar los derechos de los humanos delante de esta avalancha. Las primeras han aparecido a los Estados Unidos y el jueves se presentará la primera nacida a Catalunya. Se llama CIVICAicat, es decir, inteligencia artificial cívica y pretende exactamente eso, un uso cívico de la IA, en ningún caso una oposición o resistencia en contra. La presentación se hará a la Escuela del Trabajo de Barcelona, un sitio simbólico para la entidad ya que es uno de los lugares visitados por Albert Einstein en su visita a la capital catalana ahora hace 100 años. El manifiesto fundacional, al cual ha tenido acceso ElNacional.cat, destaca que la IA "plantea nuevas oportunidades pero también crea preocupaciones y retos sobre el suyo el impacto social, económico y medioambiental". Para prevenir de la posible "desconfianza hacia la IA", CICIVAicat propone "construir una organización transversal, abierta, democrática y sin otro interés que el bien colectivo, que tenga unos objetivos transparentes y gestionados de manera participativa". La entidad nace para "sensibilizar a la sociedad sobre los impactos sociales y medioambientales de la IA, fomentando una conversación pública que contribuya a hacer de su desarrollo y de su aplicación responsable un factor de progreso económico y social". Esto pasa, dice el manifiesto por "promover un debate crítico y participativo, donde la difusión y las acciones que se emprendan se hagan en cooperación con otras organizaciones" y así "fomentar una cultura de conciencia crítica y regulación sobre los impactos sociales, económicos y medioambientales de la IA".

 

CIVICAicat hace un "llamamiento a la sociedad civil" aunque los actores a los que se dirige de manera prioritaria son "el sistema educativo, las universidades y centros de investigación, los gobiernos y el tejido empresarial". De hecho, el manifiesto fundacional - que también se presentará este jueves- está firmado inicialmente por más de 200 personas de diferentes ámbitos y entre las cuales hay catedráticos, ingenieros, directivos de la CCMA, empresarios, expertos en ciberseguridad y representantes de administraciones públicas y ONG's. Algunos de los nombres propios que dan apoyo son el presidente de la fundación .CAT, Genís Roca, el arqueólogo Eudald Carbonell, la directora de Talento Digital Joana Barbany o el etnógrafo digital, Josep Maria Ganyet.