Los Mossos d'Esquadra sumarán dos nuevas embarcaciones a la flota de la Policía Marítima. Una embarcación recreativa confiscada a un narcotraficante de baja estofa de la zona norte del país, que la había comprado a una empresa de alquiler y la rematriculó, y también una lancha neumática, mucho más potente que la primera, también confiscada por los Mossos en otra operación policial contra el narcotráfico y el blanqueo de capitales. La policía pidió al juez poder hacer uso de las embarcaciones de estas dos operaciones policiales y una de ellas, de la primera, la de 7,4 metros de eslora, de uso recreativo, ya está en el mar.

En estas operaciones policiales también se intervino una moto de agua, que se la ha quedado la Unidad Subacuática de los Mossos. La segunda embarcación, según ha podido saber ElNacional.cat, ya está en Palamós para ser acondicionada y poder ser puesta en circulación muy pronto. Se trata de una lancha que no ha llegado nunca a tocar el mar, fue intervenida por la policía antes de poder ser botada a una organización dedicada a la entrada en Catalunya de hachís desde Marruecos.

La nueva 'narco', la segunda, que todavía no está bautizada, y esta tercera, mucho más potente, se sumarán a las tres embarcaciones rígidas que ya utiliza a la policía catalana para patrullar la costa catalana desde las tres bases de Palamós, Vilanova y la Ametlla de Mar y a la narco Thalassa, una planeadora larga de trece metros que está establecida en el Port Fòrum, también cedida judicialmente después de una operación policial. El proceso para poder asumir y poner en circulación de nuevo no es fácil. Al ser embarcaciones intervenidas, que muchas veces son imitaciones, la autoridad marítima se las mira con lupa antes de autorizar en los Mossos poder utilizarlas.

Más agentes

A pesar de algunos golpes de timón internos y la pugna con la Guardia Civil por el control del mar en Catalunya, los Mossos d'Esquadra siguen con el despliegue de la Policía Marítima, una apuesta del director general Pere Ferrer y del comisario jefe, Eduard Sallent, para poder estar presentes en tierra, aire y mar. Antes de acabar el año, la Policía Marítima tendrá más efectivos -tienen el objetivo de dar servicio 24/7- y también se ha empezado el proceso para licitar tres embarcaciones neumáticas más por preparar a la policía catalana de cara a la celebración de la Copa América, un acontecimiento del cual los Mossos d'Esquadra liderarán la seguridad.

Narco Lancha
En primer plano, Thalassa 1, la narcollanxa hecha patrullera de los Mossos d'Esquadra / ACN

La primera nueva embarcación, que tendrá base en Roses, servirá para patrullar mejor el litoral catalán, si bien se trata de una embarcación recreativa, de baja potencia y sin demasiada apariencia policial, un hecho que los agentes de Policía Marítima, aunque valoran poder utilizarla, aseguran que va en detrimento de la imagen que tendría que dar un servicio policial al mar.

La guerra contra la entrada de hachís, el objetivo

"Cubrir la Costa Brava con las necesidades de servicio y la orografía que tiene se hacía complicado", asegura el director general de la Policía, Pere Ferrer, que asegura que con estas nuevas embarcaciones se podrá aumentar la presión en el área que va del golfo de Roses hasta Cap de Creus. "Cuando propusimos desplegar a la Policía Marítima, uno de los objetivos que nos fijamos fue el de dar respuesta a esta entrada de droga por la vía marítima", apunta a Ferrer. Tal como ha ido siguiendo y explicado ElNacional.cat, las entradas de esta droga en nuestra casa ya no se hace solo por el Delta del Ebro, también se han detectado en el norte pero, sobre todo, en la zona central, por encima y por debajo de Barcelona, en el Maresme y en el Garraf.

Aunque este es el objetivo de la Policía Marítima, a nadie se le escapa que ahora mismo, por los recursos que tiene la policía catalana desplegada al mar, la guerra es asimétrica hacia los otros operadores de seguridad, como la Guardia Civil, y también contra los narcotraficantes que tienen embarcaciones de mucha más potencia que los Mossos.