La veintena de monjas de la comunidad de Belén que viven en el Monasterio de Sijena han comunicado a la Dirección de Patrimonio Cultural de Aragón la voluntad de dejar el Monasterio en el 2020.

La razón, argumentan, es que no acaban de encontrar las condiciones favorables para su "vocación de silencio" ni para "una "vida escondida" desde que el Monasterio está abierto al público en fin de semana para visitar las obras trasladadas por orden judicial desde el Museo de Lleida hasta el Monasterio de Villanueva de Sijena el 11 de diciembre del 2017.

Desde el comienzo, las monjas residentes expresaron su malestar por los días y los horarios de visitas propuestos por el gobierno aragonés y se opusieron a las visitas entre semana. El Monasterio incluso cerró al público la Semana Santa del 2018 a petición de las monjas.