El molesto dragón azul ha llegado a Catalunya y ha obligado a cerrar dos playas de Tarragona, durante este fin de semana. Fue este domingo cuando Protecció Civil informó del cierre de la playa de Tamarit y la Cala Jovera por la presencia de este molusco venenoso, que puede provocar reacciones cutáneas y que obligó a izar la bandera roja, quedando totalmente prohibido el baño. Durante el verano, el dragón azul ya había obligado a cerrar varias playas del Mediterráneo, también en los Països Catalans —por ejemplo, en Guardamar del Segura, en el Baix Segura (País Valencià)—.
Hasta el momento, el dragón azul no se ha detectado en ninguna otra playa ni de Tarragona ni del resto de Catalunya. Si bien la playa del Cap de Sant Pere (en Cambrils) también izó la bandera roja este domingo, el motivo fue la mala calidad del agua.
���� Bandera roja en la playa de Tamarit de Tarragona por|para la presencia de dragonet azul. Es un tipo de molusco que puede provocar reacciones cutáneas.
— Protección civil (@emergenciescat) September 14, 2025
Prohibido el baño ❌
Consulta el estado de las playas a: https://t.co/qU5lSdmkvC pic.twitter.com/bdJHTpdfOF
¿Cómo es el dragón azul?
El dragón azul (Glaucus atlanticus) es una especie de gasterópodo nudibranquio de la familia Glaucidae —de manera mucho más simplificada, un molusco—. Es cosmopolita (que puede habitar en la mayor parte de los climas) y pelágico, habitando sobre todo aguas sobre todo tropicales y templadas. Se alimenta de otros animales, como de carabelas portuguesas, de las cuales obtiene el veneno que después almacena y utiliza. Hacen de tres a cuatro centímetros de largo, presentan una coloración azul plateada en la parte central y un azul pálido al vientre, además de rayas azules oscuras o negras a lo largo del pie. Tiene un cuerpo troncocónico allanado con seis apéndices que se ramifican en ceras, mientras que sus dientes con rádulas se parecen a dagas.
El dragón azul recoge el veneno en sacos especializados en las puntas de los dedos de sus extremidades. Así pues, tocarlo puede provocar una picadura dolorosa, con síntomas similares a los causados por la carabela portuguesa: náuseas, dolor, vómitos, alergia aguda, eritema, pápulas urticarias, hiperpigmentación postinflamatoria... Por otra parte, hay que destacar que dispone de un saco lleno de gas en el estómago que le permite flotar por la superficie, y lo hace al revés: la superficie dorsal es, en realidad, el pie. Es ampliamente discutido si se mueve por sí mismo o si es arrastrado por las corrientes, pero lo que se sabe es que ha empezado a aparecer en el Mediterráneo, principalmente al País Valencià. En las Balears hacía más de 300 años que no se veía ninguno.