El saqueador confeso del Palau de la Música Fèlix Millet prevé desmarcarse mañana ante el tribunal de la gestión financiera de la entidad cultural, en una declaración que estará condicionada por lo que previamente hayan afirmado su exmano derecha Jordi Montull y la exdirectora financiera Gemma Montull.

Según han informado fuentes judiciales, en la víspera de la esperada declaración mañana de los Montull y de Millet, el expresidente del Palau de la Música prevé centrar su declaración de mañana en dejar claro que no llevaba las gestiones financieras durante los años en los que estuvo al frente de la institución.

Millet modulará su declaración, según las fuentes, en función de lo que revelen previamente ante el tribunal Jordi Montull y su hija Gemma, que están en negociaciones con la Fiscalía para obtener una rebaja sustancial de condena a cambio de delatar CDC en la supuesta financiación irregular a través del Palau de la Música.

Después de estallar el caso Palau, hace ocho años, Millet y Montull, que habían sido estrechos colaboradores, se distanciaron en el ámbito personal y, aunque inicialmente compartieron el mismo despacho de abogados, finalmente optaron por diferentes vías de defensa.

Según el guión previsto, la primera a testificar mañana será la exdirectora financiera del Palau Gemma Montull, que la semana pasada entregó a la sala un documento en el que detalla el origen y destino de 22 reintegros en efectivo por valor de 3,2 millones de euros que efectuó entre marzo de 2004 y de 2007 de una cuenta de Caixa Manresa y que sostiene que sirvieron para pagar gastos de Fèlix Millet.

Con este cuadro contable, la defensa de Montull intenta acreditar que el destino de estos 3,2 millones de euros que las acusaciones atribuyen a los tres exresponsable del Palau de la Música fueron gastos particulares de Millet, entre ellos viajes o compras, o la caja fuerte y las cuentas del saqueador confeso y que ella no se les quedó.

Después de Gemma Montull, declarará su padre, Jordi, que ayer anunció que ratificará lo que diga su hija, que según su versión, "no tenía ni firma, no tocaba dinero". "Había entrado en el Palau hacía tres años, cuando eso estaba en marcha y lo que quiso fue arreglarlo", afirmó ayer Jordi Montull sobre su hija.

Unas eventuales declaraciones de los Montull que implicaran a CDC proporcionarían a la Fiscalía suficiente material para dar por probado que la formación se enriqueció con comisiones que la constructora Ferrovial le hacía llegar a través del Palau de la Música por adjudicaciones de obras públicas en los gobiernos de Jordi Pujol.

Para eso, en el interrogatorio a los dos acusados, el alcance del cual también forma parte de la negociación que mantiene su defensa con el fiscal, será clave que aclaren la incógnita de si el "Daniel" que aparece en la documentación confiscada en el Palau de la Música al lado de datos sobre adjudicaciones y supuestos comisiones es Daniel Osàcar, extesorero de CDC que también es juzgado por este caso, y por qué motivos su nombre figura varias veces en la agenda del que fue mano derecha de Millet.

Millet, que según las mismas fuentes está a la expectativa de lo que digan los Montull en el juicio antes de declarar mañana ante el tribunal, no tiene previsto en principio desmentirlos pero tampoco implicar a CDC en la expoliación de la institución cultural, según su hermana pequeña, Pat.

"(Jordi) Montull es una mala persona y una mala influencia. Los hermanos ya se lo decíamos", indicó el sábado Pat Millet, que también cargó contra Gemma Montull: "Cuando empezó a trabajar en el Palau era una niña muy discreta, que iba con un coche pequeño y vestida normal. Al cabo de tres meses, tenía un Porsche, un Mercedes e iba vestida de Pertegaz".