Ya hace tiempo que desde el sur de Catalunya avisan que el cambio climático y las casi inexistentes inversiones han hecho que esté a punto de desaparecer uno de los mejores paraísos de nuestro territorio. El ecosistema del Delta del Ebro está en peligro y la producción ya hace años que va a la baixa,però este verano, muy tórrido y con unas temperaturas insólitas, ha acentuado más la crisis en este paraje. Los productores calculan que la producción de muchos productos autóctonos, como la sal o los mejillones, bajará en torno al 25% y lo peor es que las previsiones a largo plazo no son nada buenas, ya que auguran que dentro de unos años podrían incluso desaparecer.

 

Uno de los casos más evidentes es el de los mejillones. Este año, se han producido unos 150.000 kilos menos. La alta temperatura del agua ha hecho que hayan muerto en torno a un millón de las crías para el año que viene y los empresarios avisan que viven una situación crítica. Con el agua además de 27 grados, el Mediterráneo ya se puede considerar un mar tropical y las especias no sobreviven. Si bien los efectos del cambio climático ya se habían hecho más que evidentes en el Ebro en los últimos años, este verano tan caluroso ha sido la estocada final.

Con este escenario no quedará otro remedio que exportar otros países como Italia o Grecia. Eso tendrá múltiples consecuencias: desde el encarecimiento de los productos o la bajada de calidad hasta al fin de un sector histórico y necesario en nuestro territorio. De hecho, los productores, que cifran las pérdidas de este año en 1,5 millones de euros, reivindican medidas urgentes como la aportación de más agua dulce a las bahías, el eternamente irresuelto problema al cual se enfrenta el sector en el Delta. "A partir de diez días seguidos con la temperatura de 28 grados ya empieza la mortalidad y este año ha estado durando cerca de mes y medio", explica Gerardo Bonet, miembro de la Federación de Productores de Moluscos del delta del Ebro (Fepromodel).

La sal, también en peligro

El cambio climático también ha tenido otras afectaciones al ecosistema de las Tierras del Ebro. Los grandes temporales que ha vivido la zona sumados al cambio en el clima han situado las previsiones de cosecha de sal en un 25% menos que el año pasado. Los aguaceros a partir de septiembre del año pasado, una vez acabada la cosecha y preparada la base de salmueras para cristalizar a la primavera y verano, condicionaron todo el proceso posterior. Tres temporales dejaron precipitaciones de unos 200 litros por metro cuadrado en la zona de la punta del Cuerno. Las salmueras se diluyeron y la evaporación resultó afectada de forma considerable.

sal delta del ebre - acn
La última recolecta de sal en el Delta del Ebro / ACN

El sector calcula que se llegarán a las 75.000 toneladas de sal producidas, una cuarta parte menos de las 100.000 toneladas de lo que se considera la producción media de una campaña buena. Con respecto a la producción de flor de sal, producto gourmet recogido de manera artesanal, las previsiones son positivas y se prevé una cosecha dentro de los parámetros normales, por encima de las 25 toneladas, siempre que acompañen las condiciones climatológicas de los próximos días.