El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha aprobado este martes un paquete de 33 medidas destinado a reducir el nivel de contaminación atmosférica a la metrópolis, donde se superan con frecuencia los niveles máximos de concentración de partículas en suspensión. Con un presupuesto de 46 millones de euros hasta el 2019, el plan prevé medidas que se irán implantando de manera progresiva y adaptada a los diferentes municipios.

Entre estas medidas está la restricción de los vehículos más contaminantes en las rondas de Barcelona y en su perímetro interior. Esta es una de las más destacadas, y consiste en no permitir la circulación de los vehículos más contaminantes durante los periodos de alta contaminación atmosférica. Eso se regulará con las etiquetas medioambientales que ya está distribuyendo la Dirección General de Tráfico (DGT). Los que no tengan etiquetas no podrán entrar, y eso afectará turismos y furgonetas ligeras de gasolinas matriculadas antes de enero del 2.000 y de diésel matriculados antes en enero de 2.006.

Otro de los puntos clave es la Tarjeta Verde Metropolitana, un nuevo título de transporte gratuito durante tres años para los propietarios de vehículos contaminantes que los desguacen. Además de la creación de una red de Park&ride, la renovación de la flota de buses y taxis más contaminantes, la ampliación de la red de electrolineras para vehículos eléctricos y la voluntad de regular la distribución urbana de mercancías (DUM).

Un cambio modal

El Programa tiene en consideración que para facilitar el "cambio modal", es decir el paso de la utilización del vehículo privado al transporte público para los desplazamientos dentro del ámbito metropolitano y para los que acceden desde fuera, hay que mejorar las infraestructuras de transporte público. Así, se prevé que el Plan director urbanístico del área metropolitana de Barcelona, actualmente en trámite, dé prioridad a estas infraestructuras y concrete el objetivo de un nuevo modelo urbano más sostenible, como ya están haciendo todas las grandes capitales europeas.

Otras medidas destacadas del programa inciden directamente en el control y seguimiento de las obras de construcción públicas y privadas, que son también una fuente importante de emisión de contaminantes. En este caso, la AMB ha elaborado una Guía de buenas prácticas para la prevención de la contaminación atmosférica en las obras de los municipios metropolitanos, con medidas en el planteamiento y ejecución de la obra, transporte y carga del material, vehículos y maquinaria, para garantizar la reducción de emisiones. Paralelamente, el programa recoge el estudio del seguimiento y monitorización antes y después de las obras, a través de las estaciones de calidad del aire más próximas.

Por otra parte, para reducir las emisiones generadas por las actividades industriales, que también son foco importante de contaminación, la AMB se alía con los municipios metropolitanos para regular la tramitación de nuevas actividades industriales y en el seguimiento de las ya existentes. En este sentido, la AMB ha realizado la Guía de usuarios para el control de generadores de bajas emisiones atmosféricas, que regula las licencias ambientales, con apoyo de las ordenanzas municipales. Paralelamente, el programa también recoge medidas de sensibilización y educación ambiental, bajo el programa de la AMB Compartimos un futuro.