El mallorquín Jordi Puig ha acabado este domingo una ruta por los Países Catalanes que ha durado más de tres meses. Conocido por su participación en el movimiento independentista desde los años ochenta, el activista, que va en silla de ruedas, lo ha hecho en solidaridad a los presos políticos y exiliados y a favor de la República.

La marcha la inició el pasado 19 de diciembre en Cals Concos, en Mallorca, y ha durado más de cien días. Puig, después de recorrer todas las islas, fue hasta el País Valencià, entró en Catalunya y ha acabado su recorrido en Salses, en el Rosellón.

Durante la ruta ha ido deteniéndose en varios municipios en que ha recibido numerosas muestras de apoyo. El activista ha participado en debates, charlas, homenajes actos en solidaridad a los presos y exiliados.

Puig estuvo encarcelado durante cinco años por un tribunal militar el año 1980. Estaba acusado de un asalto fallido a un cuartel de Berga atribuido a ETA, pero el juicio fue anulado. El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos condenó al Estado Español a indemnizar Monte por no haber respetado su derecho a la presunción de inocencia.