La muerte violenta de un adolescente cerca de su instituto por parte de un grupo de jóvenes encapuchados ha sacudido Francia, y la reacción de las autoridades políticas no se ha hecho esperar. El episodio de máxima gravedad ha llegado hasta el estamento más alto, y el presidente Emmanuel Macron ya se ha pronunciado. El mandatario ha prometido ser "implacable" frente a la violencia escolar, y ha reclamado que los centros educativos tienen que ser "un santuario" para los alumnos, las familias y los docentes, y no un espacio que avive esta grave problemática. Por el contrario, sin embargo, Macron ha reconocido que actualmente hay una peligrosa violencia en Francia, también entre menores.

"Tenemos una forma de violencia desinhibida entre nuestros adolescentes que son cada vez más jóvenes", ha avisado, exponiendo como una de las causas de la violencia la precariedad familiar. Para hacer frente, el presidente ha anunciado un nuevo método para anticiparse a los episodios más graves de agresividad. "Desarrollaremos un sistema de prealerta que servirá para que, cuando se identifique un joven que empieza a ser violento, se proponga a las familias un cambio de escuela o de internamiento", ha detallado.

Más allá, la portavoz del gobierno Prisca Thevenot ha denunciado este episodio como un "crimen barbárico", y ha afirmado que la sociedad francesa nunca se doblará ante unos hechos como estos. Mientras tanto, el alcalde de Viry-Chatillon, Jean-Marie Vilain, ha advertido que "esta violencia extrema se está volviendo habitual", y ha lamentado un ataque perpetrado "por el peor tipo de gamberros". Vilain ha prometido ofrecer apoyo psicológico a los estudiantes y docentes de la escuela afectada, reconociendo el trauma que ha provocado entre la comunidad educativa.

La mayoría de detenidos, menores

Este viernes un chico de 15 años murió después de ser atacado por la tarde del día anterior por un grupo de encapuchados. La paliza, que tuvo lugar a solo 100 metros de su instituto en el municipio de Viry-Châtillon, en el sur de París, tuvo lugar cuando el joven volvía hacia casa. Recibió puñetazos y patadas sin descanso en todo el cuerpo, antes de abandonarlo allí mismo. Un peatón se lo encontró y alertó a los servicios de emergencia, pero el joven acabó muriendo en el hospital. El caso se suma a otro episodio de violencia que tuvo lugar el martes, cuando una niña de 13 años fue apaleada ante el centro escolar donde estudia en Montpellier. Las graves heridas que sufrió la dejaron en coma inducido durante 24 horas.

Los hechos del martes involucraron a tres menores, una de 15 años y dos de 14, que reconocieron haberla "golpeado". La Fiscalía de Montpellier pidió prisión preventiva para la mayor de las tres. Con respecto al ataque mortal, se calcula que hay al menos cinco implicados, y de momento ya se ha podido identificar y detener dos jóvenes, uno de 17 años y otro de 20.