Este año, el Servei Català de Trànsit hace 25 años. Desde su creación, este organismo ha trabajado incansablemente para mejorar la movilidad, reducir los accidentes y fomentar una conducción responsable de nuestro país, en una sociedad cambiante y con grandes retos de futuro. ¿Cómo ha evolucionado desde sus inicios? ¿Qué es lo que más preocupa ahora mismo? ¿Qué nos deparará el futuro de la movilidad? De todo eso hablamos con Ramon Lamiel, el actual director del Servei Català de Trànsit.

¿Cómo van los datos de siniestralidad ahora que estamos a punto de acabar este 2023 y cómo se valoran desde el Servei Català de Trànsit?

Nunca podremos estar satisfechos de los datos de siniestralidad mientras haya una víctima mortal. Eso parece un eslogan, pero es una realidad. Este año, el dato más negativo es el de heridos porque tenemos más que el año pasado. Pero con respecto a víctimas mortales hay una reducción prácticamente del 18% con respecto a 2019 y un 4% con respecto al año pasado. Siempre hablo del 2019 porque es el año en que nos comparamos en el Plan de seguridad vial. Por lo tanto, podríamos decir que el trabajo que se hace va en el buen camino, pero nunca es suficiente y tendríamos que hacer todavía un esfuerzo superior.

¿Cuáles son los colectivos que más preocupan?

Nos preocupan sobre todo los motoristas. En este momento tenemos 46 motoristas muertos, cuando el año pasado por estas fechas teníamos 40. Es un colectivo muy vulnerable. No conseguimos dominar esta siniestralidad, pero eso ya es una tónica de hace muchos años. Tenemos que hacer un esfuerzo mucho más importante como autoridad de tráfico, pero también como sistema de movilidad. Lo hacemos a través de tres líneas estratégicas: la información (informar bien de lo que está pasando con buenas estrategias comunicativas), la formación (educar al conducir mejor la moto) y el control (que quiere decir prevenir y sancionar los incumplimientos).

Uno de los puntos más calientes ahora mismo con respecto a la situación viaria es la AP-7. Desde que pasó a ser gratuita hay más atascos, siniestralidad... ¿Qué medidas ha previsto al respecto?

El problema es que no solo se libera la AP-7, sino que también se libera la C-33 y la C-32. Son unos vasos comunicantes muy importantes. Los titulares de vía solo miran de manera muy focal sus carreteras, pero nosotros gestionamos este tráfico de manera general.

¿Y qué se está haciendo al respecto?

Lo que hacemos nosotros es ordenar este tráfico, limitar la circulación y, en algunas ocasiones, restringirlo. Hemos hecho un estudio en 43 tramos de la AP-7 para estudiar las diferentes medidas, porque no todos se comportan de la misma manera. En general, hay un incremento del 40% de intensidad de vehículos respeto antes de la liberación de peajes y dentro de este 40%, los camiones se han incrementado un 30%. Pero no en todas partes, sino en las zonas donde hay más intensidad de industria. Por eso, una de las estrategias es, por ejemplo, limitar a circular por la derecha y ordenar el flujo de tráfico de vehículos pesados. Es decir, no permitir el adelantamiento para dar también una cierta capacidad en los dos otros carriles en algunos tramos.

Por otra parte, el estudio también nos reveló que en el tramo central (que va del Papiol hasta Portbou, incluso un poco más abajo de Martorell hasta Montornès) hacía falta reducir la velocidad a los cien kilómetros por hora. Y otra intervención que hemos hecho es tener un sistema de grúa que activamos de manera muy inmediata y con previsión cuando vemos que se está produciendo algún tipo de incidente que puede durar mucho tiempo. Por lo tanto, hay toda una serie de medidas reducción de velocidad, ordenar flujos y sistemas de apoyo para resolver la accidentalidad y la congestión de la AP-7.

¿Y, de momento, cómo están yendo estas medidas?

Pues los accidentes que había hoy día en el 2022, después de la liberación de peajes, eran de 24 víctimas mortales en esta vía. Ahora hay 12. Por lo tanto, hemos reducido la siniestralidad al 50%. Pero no solo eso. Es verdad que hay más intensidad y hay menos velocidad, pero nos hace prever que es un acierto contener velocidades e intensidades.

¿Ahora hablábamos de una gran vía, pero también les preocupa el tráfico urbano?

Sí, a lo largo de estos veinticinco años de vida del Servei Català de Trànsit nos ha preocupado, pero ahora le hemos dado también un poco la vuelta y hemos profundizado en alguna política de apoyo al tráfico urbano. Hemos ayudado a los municipios a hacer lo que se llama "Planes locales de seguridad vial". Siempre habíamos trabajado a pacificar el tráfico, pero ahora hemos sacado una línea de subvenciones de 10 millones de euros que este año que viene repetiremos. Lo que pretende es financiar aquellas actuaciones que decían los planos, pero que a veces los ayuntamientos no tenían capacitado para financiar y especialmente para aquellos municipios de menos de 50.000 habitantes.

La gestión del tráfico es una de vuestras tareas principales, pero tenéis más. Una destacada es el acompañamiento de las familias y las víctimas de tráfico.

Sí. El año 2012 pusimos en marcha un servicio de atención a las víctimas de tráfico que es pionero en el Estado y en Europa. Hasta ahora, el servicio consistía en información y asesoramiento en unos momentos muy difíciles en que las familias pueden ir muy perdidas. Los ayudamos en lo que es la información, la gestión de trámites, etcétera. Pero, sobre todo, les damos un cierto apoyo psicológico que puede durar hasta un año y los derivamos hacia recursos que los pueden ayudar.

Este servicio ya era ejemplar. Pero en el 2022 pusimos en marcha otro servicio que nuevamente es innovador, que nuevamente es ejemplar y que nuevamente nos han solicitado que explicamos en diferentes foros y a diferentes autoridades de tráfico porque quieren saber como poder incorporarlo ellos en su ámbito. Y es un servicio de atención a las víctimas heridas graves, en su familia y su entorno social. Este servicio que se dice INVICTES y pretende la inclusión de la persona en su entorno, ya sea su entorno personal familiar, ya sea en su entorno más inmediato, comunitario, ya sea en su entorno más social, su entorno laboral, su entorno de ocio, etcétera.

¿Y cómo lo hizo eso?

Lo hacemos con entidades del territorio. Son entidades que ya han atendido a estas personas o que tienen pericia suficiente. Se ofrece por todo Catalunya y en estos momentos tenemos cinco puntos de cobertura: Tarragona, Catalunya Central, Girona, Lleida y Barcelona. Además, hay una entidad coordinadora, que es la Federación ECOM de personas con discapacidad física y personas con discapacidades vinculadas al traumatismo craneoencefálico. Da homogeneidad a este servicio a escala del territorio y les enseña cómo se tienen que hacer las orientaciones, las formaciones a las familias, los diagnósticos de accesibilidad, etcétera.

Ahora hablábamos de esta trayectoria de los 25 años del Servei Català de Trànsit, de cómo ha evolucionado y cómo ha ido mejorando la experiencia con todo. Hacemos una mirada adelante. ¿Cuál es el futuro de la movilidad en nuestra casa?

Siempre partiremos de la base de sabiduría de los veinticinco años del Servei Català de Trànsit. No hay nadie que sepa más de tráfico que nosotros porque congregan muchas disciplinas: desde el factor humano y como atender a las personas, hasta las tecnologías, las vías o la gestión de flujos. Dicho todo eso, partiendo de aquí y de este conocimiento, estamos encaminando el futuro. Pondré algunos ejemplos. Nosotros tenemos un centro de vigilancia de información y vigilancia del tráfico. Ahora, hemos conseguido convertir la información en intervención, porque lo estamos dotando de posibilidades de intervenir sobre la vía desde el mismo centro. También hemos puesto se marchan avisador de ciclistas que avisa los conductores y hace reducir velocidades. O estamos construyendo un sistema que indicará si hay una irrupción de animales en la vía. Incluso estamos pensando en poder intervenir cuando se produzcan fenómenos meteorológicos determinados porque no tenemos que olvidar que estamos inmersos en una crisis climática. Por otra parte, también pensamos en hacer un sistema de autopistas interconectado, donde podamos dosificar las entradas o construir carriles adicionales y carriles opcionales permanentes. Y tenemos que hacer una gestión inteligente de la velocidad.

Mucho trabajo hecho desde el Servei Català de Trànsit, pero también mucho trabajo por anticipado. ¡Gracias para venir y por veinticinco años más!

¡Gracias a vosotros!