Si la Semana Santa del 2020 fue atípica porque se dictó el estado de alarma y obligó a todo el mundo a confinarse en casa, un año después, la Semana Santa llega como un poco de aire después de 12 meses de sacrificios y medidas estrictas. Un respiro que muchos querrán pasar fuera de casa, ya sea en segundas residencias o con algún pequeño viaje por la geografía catalana que les permita cambiar de escenario.

Pero la apertura es a medias y con mucha precaución. Salut e Interior han dejado claro que puede salir de la comarca siempre que se haga dentro de la burbuja. Es decir, que se permiten las salidas en familia, pero no con amigos. Y con la familia con la que se convive.

El Procicat quiere dar un voto de confianza a la población, a la vez que su máxima preocupación es que "socialmente se entienda que podemos entrar en una cuarta ola que haga necesario un nuevo cierre". Y por eso apelan a la responsabilidad de la ciudadanía, de nuevo.

La vacunación y el buen tiempo favorecen que si viene una ola, no sea tan grande como las anteriores, pero los técnicos confían en que con las medidas que se han aplicado, a pesar de la movilidad de las burbujas, se pueda reducir el riesgo de contagio.

Aunque el Departament de Salut ha transmitido al Procicat el crecimiento de casos y riesgo de contagio de la Covid-19, no ha dado instrucciones de modificar las medidas. En declaraciones en ElNacional.cat, fuentes de Protección Civil afirman que "hay que ser muy cuidadosos con las actividades" y que "cuanto más se pueda preservar la burbuja de convivencia, mejor". "Si se aplican bien aplicadas las medidas, el riesgo de contagio es controlable", afirman.

La lluvia no lo es todo

Interior espera que la previsión de lluvia que hay para el fin de semana desincentive la movilidad a los espacios naturales. Pero a la vez desfavorece los encuentros al aire libre, que no se podrán hacer si llueve: "Habrá menos desplazamientos y contactos, pero desfavorece los encuentros al aire libre".

Y se apela a la "corresponsabilidad entre la Generalitat y la ciudadanía", según dijo el conseller de Interior, Miquel Sàmper, el miércoles durante la rueda de prensa de seguimiento de las medidas Covid. Sin embargo, lo cierto es que han salido más de 400.000 vehículos del área metropolitana.

"La pandemia no se detiene por sí misma", dicen a este diario fuentes de Interior, y por eso hay que tener garantías de que cuando te mueves y cuando vuelvas no hayas tenido un incremento de contactos con otras burbujas". "Hay que ser cuidadosos con las actividades" que se hagan estas vacaciones, insisten fuentes de Interior.

El patrón que se repite

Días antes de las vacaciones de Semana Santa se han notado los primeros efectos de lo que podría ser una cuarta ola. El patrón se repite. Días antes de las vacaciones y una vez se habían establecido las medidas, empezó a haber un repunte en el riesgo de contagio.

Es un efecto previo a las vacaciones, "porque todo se empieza a reactivar", apuntan a ElNacional.cat fuentes de Protección Civil. Ya pasó lo mismo por Navidad. Por eso, desde el Govern se insiste en que "la pandemia tiene una incertidumbre que va alterando todo el proceso de gestión". Y esta misma incertidumbre, apuntan las mismas fuentes, "hace que no podamos dar por hecho seguir abriendo".

Con todo, desde el Procicat se mantiene que "no estamos como en octubre" y que hay que trabajar con escenarios mentales de medio plazo. "El verano es una buena referencia", dicen las fuentes consultadas: "No mirar a corto plazo nos lo hará menos pesado".