La Audiencia de Lleida ha juzgado este miércoles a un hombre de 60 años acusado de proponer relaciones sexuales a cambio de dinero a dos niñas de Lleida. Según el ministerio público, los hechos tuvieron en Lleida el año 2017, cuando el acusado se acercó a una menor de trece años de edad que salía de comprar el pan y le propuso tener relaciones sexuales, mientras le ofrecía un billete.

Asustada, salió corriendo y avisó a su padre, de que retuvo al acusado hasta que llegaron los Mossos d'Esquadra. Meses antes, añade la fiscalía, el procesado había hecho al mismo con la hermana pequeña de esta menor, que entonces tenía once años.

La propuesta de mantener relaciones sexuales con menores

El hombre, en su declaración, ha negado los hechos. "Como le tengo que decir yo eso a unas niñas, si tengo nietas de su edad", se ha preguntado el acusado. La fiscalía pide seis años de prisión por dos delitos de corrupción de menores y cinco años de libertad vigilada. La defensa pide la absolución.

Las dos partes, sin embargo, han aceptado el planteamiento de la sala y subsidiariamente piden que se califiquen los hechos como delitos contra la integridad moral o delitos de coacciones. En este caso, la fiscalía ha solicitado que se imponga un año de prisión (seis meses por cada niña) y se prohíba el acusado comunicarse o acercarse a las menores durante dos años.

El acusado, en su declaración ha negado los hechos y ha explicado que, en el caso de la hermana mayor, recuerda que salía de una tienda, que se encontraron de cara y que la niña salió corriendo y llorando. Esta situación tuvo lugar el 17 de abril de 2017 hacia las diez de la noche, en los alrededores de la plaza del Trabajo.

Los psicólogos que atendieron a las dos niñas

La niña, de semillas doce años, ha explicado que salía de comprar pan y que se dirigía hacia casa, cuando se encontró con el hombre y este le ofreció dinero para que fuera con él, profiriéndole expresiones de carácter sexual y diciéndole que se lo pasarían muy bien, unas expresiones que el detenido niega haber efectuado, ni aquel día ni nunca. Al final del juicio, y haciendo uso de su derecho de última palabra, ha insistido en que es inocente.

Una vecina de la zona que había ido a la tienda a comprar y que ha declarado también al juicio celebrado este miércoles en la Audiencia de Lleida, ha dicho, en cambio, que ella oyó como el hombre le decía a la niña "vamos a follar, que nos lo pasaremos muy bien" y sacaba dinero del bolsillo.

Esta mujer ha añadido que el acusado se pasa muchos ratos delante del Auditorio de Lleida profiriendo expresiones machistas y proposiciones sexuales a todas las mujeres que pasan por allí y que, incluso a ella, dos días después de la situación con la niña, el hombre la increpó.

Las declaraciones de las menores

En el caso de la hermana pequeña, los hechos habrían tenido lugar antes, hacia enero o en febrero del 2017. La niña se había encontrado al hombre en dos ocasiones. En la primera, según el relato de la menor, el acusado la sonrió y se puso las manos en los bolsillos haciendo ruido con las monedas.

Según los psicólogos, aunque la incomodó, no le dio más importancia, hasta que un segundo día se lo volvió a encontrar cuando salía del portal y, según la menor, le dijo que estaba muy buena. Entonces ella se marchó y mientras se alejaba, ha explicado, el acusado seguía allí derecho, mirándola y enseñándole dinero y ha reconocido que sintió "miedo".

Los psicólogos que atendieron a las dos niñas han declarado que mientras la pequeña es más tranquila y explica las cosas con un discurso y unas expresiones típicas de su edad, la grande es más histriónica, le gusta llamar la atención y ser el centro de atención. Sin embargo, consideran que los relatos de las dos son creíbles y que se sintieron "asediadas" por el hombre de maneras diferentes.

El abogado del acusado defiende que a la hermana mayor se lo podría haber inventado precisamente para ser el centro de atención y porque había oído lo que había explicado la hermana pequeña que le había pasado con anterioridad.

La fiscalía en cambio ha hecho referencia a la explicación de los psicólogos y ha descartado esta posibilidad porque precisamente por su histrionismo, han dicho, si se lo hubiera inventado, habría añadido más cosas y más exageradas. Finalmente, la defensa ha reconocido que el acusado "tira piropos" a las mujeres, lo cual "puede ser un hecho reprobable" pero "no hasta el punto de la penalidad que se solicita", ha concluido.