La consellera de Justicia, Lourdes Ciuró, ha anunciado un acuerdo de cooperación entre los centros de memoria histórica de Catalunya y de Catalunya Norte. Ciuró ha hecho público el pacto durante la visita que ha hecho este viernes al Memorial del Camp de Ribesaltes, situado en la comarca norcatalana del Rosselló.

Antes de la visita al Memorial del Campo de Ribesaltes, Ciuró se ha reunido con la directora del Memorial, Céline Sala-Pons. Así, la consellera le ha comunicado la voluntad de reforzar las relaciones entre esta institución y la Direcció General de Memòria Democràtica, con el objetivo de impulsar futuras colaboraciones entre los centros de memoria histórica catalanes y norcatalanas.

Ciuró ha anunciado un acuerdo que permitirá articular un espacio de cooperación transfronterizo entre todas aquellas instalaciones e instituciones que trabajan la memoria, especialmente el tratamiento de los exilios de los años treinta y cuarenta del siglo XX. Entre estas se incluyen el Museu Memorial de l’Exili (MUME) en la Jonquera, la Maternitat suiza de Elna y el Memorial del campo de Argelers.

Ya hace tiempo que estos diferentes espacios de memoria histórica trabajan conjuntamente, pero este nuevo pacto pretende ir un paso más allá. Así, se prevé establecer un compromiso formal de cooperación que permita la circulación de información, la realización de investigaciones coordinadas y la creación de herramientas digitales compartidas. Además, con la firma del acuerdo, se buscarán fondos de financiación europeos que hagan posible este proyecto. De hecho, actualmente, se está preparando el trámite de una ayuda europea que permita impulsar la iniciativa.

El Memorial del Camp de Ribesaltes, un espacio único

El Memorial del Camp de Ribesaltes se inauguró en octubre de 2015, respetando los restos de unos barracones testigos del exilio y el desplazamiento forzoso de más de 60.000 personas. Su ubicación lo convierte en un espacio único y de referencia que escenifica tres acontecimientos sanguinarios de la segunda mitad del siglo XX: la Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Argelia.

Inicialmente, fue construido como centro de preparación militar, pero también llegó a funcionar como centro de internamiento para extranjeros no deseados y para las víctimas de las políticas raciales del régimen de Vichy. Además, entre agosto y en octubre de 1942, también fue un campo de deportación en el campo de exterminación de Auschwitz-Birkenau. Y durante su última etapa de funcionamiento, el campo se convirtió en una zona de tráfico para auxiliares extranjeros del ejército francés y también un campo de reagrupamiento para harkis.

Emplazado a pocos kilómetros al norte de Perpinyà, el de Ribesaltes es considerado el campo de internamiento mayor de Europa occidental por los millares de personas de diferentes orígenes, culturas y nacionalidades que pasaron. El espacio es un testimonio vivo de los numerosos desplazamientos forzados provocados por los conflictos bélicos y de los movimientos de descolonización que se produjeron durante la segunda mitad del siglo XX.