El 13 de enero, a las 14h, el pequeño Julen Roselló, de 2 años, se cayó por un estrecho pozo en Totalán (Málaga), donde su familia había ido a pasar un día en el campo. Enseguida se iniciaron los trabajos de rescate, que se encontraron con muchas dificultades.

El mismo día 13 los equipos de rescate constataron las dificultades que implicaría el rescate, ya que el pozo, realizado para hacer prospecciones para buscar agua, tenía sólo 25 centímetros de diámetro.

El día 14 una cámara localizó dentro del pozo un vaso de plástico que llevaba Julen, lo que confirmó que el niño se había caído dentro. Pero enseguida se vio que el pozo estaba obturado por un bloque de tierra dura, a los 73 metros de profundidad. Los equipos de rescate creían que el niño podía estar bajo el bloque del suelo, y que podía estar en vida si quedaba una cámara de aire. Enseguida una máquina empezó a extraer, por succión, tierra en el interior del pozo.

El martes 15, después de discutir varias alternativas, los equipos de rescate dirigidos por el ingeniero de Caminos Ángel García, decidieron abrir un túnel paralelo al de Julen como vía para acceder al niño, pero también se empezó un túnel horizontal, más largo. La Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, de Asturias, se desplazó a la zona, como expertos destinados en cavar túneles a mano en la última fase de la excavación.

El miércoles 16 los técnicos inician el túnel horizontal para llegar al niño y los expertos anuncian que en 24 o 48 horas podrán acceder al lugar donde está el cuerpo.

El jueves 17 se anuncia que se tiene que suspender la construcción del túnel horizontal por la dureza del terreno y por los desprendimentos. Los equipos de rescate se dedican a construir un pozo paralelo al de la caída para, después, acceder al niño mediante un túnel horizontal.

El viernes 18 las máquinas que perforan el túnel vertical chocan con un bloque de pizarra a los 18 metros de profundidad que complica todavía más los trabajos de rescate. Se tiene que movilizar nueva maquinaria por disgregar la roca, pero hay que estar atento a los movimientos de las rocas.

El sábado 19 se empieza a excavar el túnel vertical y llega a Totalán la cápsula metálica diseñada por los bomberos de Málaga para bajar a los equipos de rescate por el túnel y para subir al niño. La excavación va rápida, a un ritmo de 3 metros por hora, pero un nuevo bloque de pizarra bloquea de nuevo el operativo.

El domingo 20 se llega a los 40 metros del túnel paralelo (que tendrá una longitud total de 60). Y llegan a Totalán expertos en explosivos de la Guardia Civil por si hay que hacer voladuras para acabar los túneles.

El lunes 21 el túnel llega a los 60 metros.

El martes 22 salen nuevos problemas para ensanchar el túnel vertical, ya que aparece un nuevo bloque de roca.

El miércoles 23 se continúa con el entubado del túnel, pero con dificultades por los bloques de roca.

El jueves 24 entra en acción la Brigada de Salvamento Minero de Asturias. Tienen que actuar con equipos de respiración autónomos y se relevan cada 30 minutos. La galería horizontal tendrá que tener una longitud de 3,8 metros.

El viernes 25 la galería horizontal llega hasta los 3,15 metros, pero hay muchas dificultades por la dureza de la roca. Los equipos mineros, con la colaboración de los TEDAX de la Guardia Civil, tienen que hacer hasta 4 microvoladuras.

El sábado 26, en la 1:25, se localiza el cuerpo sin vida de Julen Rosselló.