La jueza del Juzgado de instrucción 1 de Ripoll envía a juicio a las cuatro monitoras-socorristas y el director de la piscina por la muerte de una niña de 4 años durante un cursillo de natación en mayo del 2017. El auto que pone punto final a la instrucción ve indicios de homicidio por imprudencia grave porque aquel día no había "personal haciendo funciones de socorrista ni en la piscina pequeña ni en la grande". De hecho, resalta que "NINGUNO" de los monitores ni profesores se dieron cuenta de que la pequeña no estaba con el resto del grupo hasta que vieron su albornoz y sus chancletas en un banco. Ya era demasiado tarde porque la niña flotaba sin vida "en la parte profunda" de la piscina. El escrito también recoge que el director de la instalación cometió una "negligencia grave" porque la parte de la piscina donde apareció la pequeña tenía una "visibilidad deficiente". El caso ahora se envía a las partes para que formulen sus escritos. Al auto el juzgado también hace responsables civiles tanto el Ayuntamiento de Ripoll como el Departamento de Enseñanza.

El juzgado ha puesto punto final a la investigación y concluye que hay indicios para enviar a juicio a las cuatro monitoras-socorristas y el director de la piscina de Ripoll. Según recoge el auto, "se indicios sobre la autoría de los hechos" se desprenden tanto del atestado policial de los Mossos D'Esquadra como de las declaraciones que los investigados hicieron en junio del año pasado. También se basa en el resultado del informe de los forenses que certificó que la niña había muerto ahogada.

Los hechos tuvieron lugar el 19 de mayo del 2017. Aquel viernes por la mañana, 27 alumnos de P4 de la Escuela Pirineo de Campdevànol (Ripollès) fueron a hacer un cursillo de natación a la piscina. Según describe el auto, el cursillo se hacía entre las 10:50 y las 11:40 y constaba de dos partes: cuarenta minutos de actividades dirigidas durante los cuales "cada monitor se encargaba de su grupo", y diez minutos de juego libre "donde todos los niños se agrupaban en la piscina pequeña".

La jueza determina que aquella mañana la instalación no tenía ningún socorrista, porque la encargada de vigilar la piscina entre las 9.45 y las 11.45 tuvo que hacer de monitora ya que faltaba una porque sino no se podía hacer el cursillo a los niños de P4. "Pasó a cubrir la vacante, efectuando trabajos de monitora y no de socorrista", añade el auto. Eso implicaba que no vigilaba a los niños desde fuera la piscina sino que estaba dentro del agua con el grupo de menores.

Aquella mañana, según el juzgado, había cuatro monitoras de de la piscina municipal de Ripoll que se repartieron los 27 niños del grupo. A los menores, también los acompañaban a cuatro profesoras del CEIP Pirineo que "como los niños eran pequeños, también estaban en el interior de la piscina mientras se hacía el curso".

"NINGUNO" se dio cuenta de ello

"NINGUNA de las monitoras, ni profesoras, advirtió la ausencia de la menor hasta que el resto de los niños ya se dirigían a los vestuarios", indica el auto. Cuando los niños salían de la piscina, antes de entrar en las duchas, recogían su albornoz y las chancletas (que habían dejado en un banco de piedra delante de la piscina pequeña). El día de los hechos, el grupo fue a los vestuarios, y no fue hasta un rato más tarde cuando una profesora vio que había un albornoz y unas chancletas encima del banco.

El juzgado recoge que la maestra fue al vestuario a ver si encontraba a la pequeña y, como no estaba, volvió a la piscina. "Se acercó a la piscina y la ver flotando en la parte profunda del agua, ya sin vida," concluye la resolución.

Negligencia grave

El auto también subraya que el director de la piscina cometió una "negligencia grave". De entrada, porque, como recoge el informe de los mossos, la parte profunda de la piscina pequeña tenía "una visibilidad deficiente". Además, el juzgado recuerda que aquel día, durante el cursillo que hacían los niños de P$, "no había personal haciendo las funciones de socorrista", cosa que es obligatoria en este tipo de instalaciones.

El juzgado considera que, como los alumnos eran niños de P4 que "se iniciaban a la natación", se tendría que haber "reforzado" la presencia de socorristas y puntualiza que la situación que se vivió aquel día, en qué faltaba una de las monitoras, "no va imprevisible" ya que como mínimo se sabía desde el día antes.

Homicidio por imprudencia grave

La jueza cierra la instrucción y envía a juicio a las cuatro monitoras-socorristas y el director de la piscina. Considera que hay indicios para concluir que podrían ser autor de un delito de homicidio por imprudencia grave. Sin embargo, ahora está en manos de la fiscalía y de las acusaciones particulares decidir si acaban acusando los investigados. Las partes, incluidas las defensas, disponen de un plazo de diez días para formular sus escritos.

Al auto, el juzgado de Ripoll hace responsables civiles tanto el Ayuntamiento de Ripoll como el Departamento de Enseñanza. Eso quiere decir, que podrían tener que asumir el pago de indemnizaciones en caso de condena.