La totalidad de las 50 estaciones encargadas de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) a Catalunya han abierto puertas esta semana después de la flexibilización estatal de las restricciones por el coronavirus. Lo hacen con el reto de ponerse al día y recuperar las cerca de 600.000 revisiones que no se han podido hacer durante los cerca de dos meses de cierre por la pandemia. El Gobierno ha añadido 15 días de validez del certificado por cada semana transcurrida desde que se declaró la alarma, que se suman a los 30 días aprobados a partir de su levantamiento. En las estaciones ITV, donde sólo puede acudir con cita previa y solo, los trabajadores no pueden acceder dentro de los vehículos particulares y tienen que pedir la colaboración de los usuarios.

Después de que trece estaciones de las zonas del Alt Pirineu, Camp de Tarragona y Terres de l'Ebre se pusieran en funcionamiento la semana pasada con la declaración de la fase 1 del desconfinamiento en estos territorios, la flexibilización de restricciones de esta semana ha permitido que las 50 instalaciones existentes se hayan podido poner en marcha.

El trabajo acumulado, sin embargo, es mucho. Según los cálculos efectuados por el Departamento de Empresa y Conocimiento, que regula este servicio en Catalunya, las estaciones ITV tendrán que recuperar entre 550.000 y 600.000 revisiones pendientes de que no se ha podido hacer durante los cerca de dos meses de cierre forzado por la crisis del coronavirus. En esta línea, la Generalitat ha autorizado a los concesionarios del servicio a operar con todas las líneas de inspección disponibles -más allá de las estrictamente autorizadas- así como ampliar los horarios de las estaciones.

La medida aprobada por el Gobierno, ampliando de forma escalonada la validez de los certificados caducados durante este periodo, quiere evitar que se producen aglomeraciones y cuellos de botella en las estaciones. Especialmente durante los meses de verano, julio y agosto, esté por tratarse del periodo prevacacional o por el hecho de concentrar, en fechas previas, cifras importantes de venta de coches respecto de otras épocas del año. Al fin y al cabo, y según apuntan las mismas fuentes de Empresa, tiene que ayudar a evitar la saturación de las ITV y poner el día el servicio.

Gestionada por la empresa TÜV SÜD -titular de dos instalaciones más en Catalunya: las Borges Blanques i Sant Celoni-, la estación de Amposta empezó a trabajar el pasado día 11 después de preparar y equipar las instalaciones. Lo hace, exclusivamente, a partir del sistema de cita previa que impone la normativa estatal. Un método, aseguran, que les permite gestionar el flujo de usuarios. "En todo momento tenemos la afluencia de los clientes muy controlada. Eso evita un exceso de afluencia al mismo momento y facilita el trabajo", apunta al director técnico de la estación, David Subirats.

Incremento de peticiones de cita previa

Con todo, reconoce Subirats que desde la reapertura la semana pasada han registrado un incremento de las llamadas telefónicas para pedir cita previa. "Poco a poco, con la incorporación de todas las estaciones se tratará de ampliar los horarios para recuperar las inspecciones retardadas y tratar de liberar el parque de vehículos que está con la ITV vigente", prevé. La estación, en funcionamiento desde el 30 de enero de 2013, efectuaba más de 200 inspecciones diarias antes de la crisis del coronavirus.

Los 33 trabajadores del centro de Amposta, reincorporados de forma progresiva desde el día 11 después de recibir formación específica sobre salud y seguridad, disponen ahora de equipamientos de protección individual -guantes y mascarillas- además de gel hidroalcohólico para limpiarse las manos de forma frecuente. Los usuarios, aparte de respetar las distancias de seguridad para acceder de forma ordenada y limitada a las oficinas -donde se han instalado mamparas de protección-, no pueden pasar la revisión acompañados por otras personas dentro del vehículo y tienen que llevar obligatoriamente mascarilla.

Como novedad, en más, ahora también tienen que colaborar activamente en algunos de los aspectos que se tienen que revisar de su propio vehículo, concretamente, aquellos que requerían el acceso de los técnicos en el interior del habitáculo. Es así que se les solicita, por ejemplo, que revisen ellos mismos la posición del retrovisor interior, el cierre correcto de los cinturones de seguridad de los asientos de los acompañantes, el funcionamiento del volante o de la palanca del freno de estacionamiento. "Todo aquello que nosotros teníamos que hacer desde el interior: por seguridad de los clientes como por la nuestra propia no se nos permite acceder", ha cerrado Subirats.