Juana Rivas no ha conseguido suspender la sentencia que la obligaba a entregar ayer a sus dos hijos menores de edad a su padre, condenado por maltrato y residente en Italia. Tal como ya anunció hace unos días, ha decidido huir y no acudir al punto de Encuentro Familiar de Granada.

Su abogada, María Castillo, ha asegurado en rueda de prensa que desconoce dónde se encuentra y cuál será su actuación a partir de ahora. Eso complica su situación jurídica, ya que Rivas podría enfrentarse a un delito de desobediencia.

Hasta el último momento, tanto su abogada como la responsable del Centro de la Mujer de Maracena, Francisca Granados, intentaron frenar lo que era inevitable con la Fiscalía de Familia. "Ha sido la experiencia más frustrante de mi vida con respecto al sistema judicial", afirmó Granados ante la negativa. Sin embargo, ha anunciado que presentará a los tribunales un escrito con informes psicológicos de los menores, de 3 y 11 años, y un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

Por su parte, Castillo también ha dicho que presentará un escrito, avalado por dos nuevos informes sobre la situación de los menores, con el fin de conseguir la suspensión de la ejecución de la orden judicial.

Encuentro familiar fallido

Los niños, por lo tanto, tenían que ir ayer a las 16.30 horas al punto de Encuentro Familiar de Granada. El padre de los menores, que denunció la sustracción de los niños, se desplazó desde Italia hasta el punto en que tenían que entregarle a sus hijos y se marchó veinte minutos después de la hora fijada sin ellos.

La jueza había solicitado el auxilio de la Unidad de Familia de la Policía Nacional en caso de que la madre «obstaculizara» la entrega de los menores. Por lo tanto, ahora serán los encargados de localizar a Rivas y sus hijos, a quienes decenas de vecinos expresaron su apoyo con una concentración en la localidad.