"Liquidan la libertad de enseñanza, desorientan los niños al imponerles la 'diversidad sexual' y privilegian con dinero público el adoctrinamiento sexual". Estas son sólo algunas de las premisas que la organización Hazte Oír, presidida por Ignacio Arsuaga, pretende denunciar ahora ya por todo el mundo haciendo pasear sus dos autobuses transfóbicos y una autocaravana con un mensaje claro: "Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva".

Después de ser vetados a diferentes municipios de todo el Estado, y de sufrir diferentes incidentes tanto en Catalunya como en Madrid con acosadas y lanzamientos de objetos, ahora la organización quiere hacer llegar más lejos su mensaje regalando un panfleto que lleva por título "¿Sabes qué quieren enseñar a tu hijo en la escuela? Las leyes de adoctrinamiento sexual".

Un panfleto -o 'libro', como le llaman ellos- que no tiene desperdicio y que viene acompañado de una carta que ruega sus lectores que firmen el manifiesto, que también adjuntan. Definen lo que está pasando -y la oposición de políticos y otras personalidades- como "una lucha de David contra Goliat para proteger nuestros hijos y nietos del lobby de género y LGTB", y cargan contra los gobiernos de las diferentes comunidades por haber aprobado leyes al margen de unos derechos que ya están reconocidos en la Constitución, en Europa y la ONU. "No son necesarias nuevas leyes de inferior categoría para asegurar derechos que ya existen", se lamentan.

Uno de los argumentos por los cuales piden la firma del manifiesto es porque, aseguran, "nos quieren callar la boca porque no denunciamos los efectos nefastos de la ideología de género en las escuelas y no defendemos la libertad de educación de los padres".

Adoctrinamiento

Se establecen como los defensores de los más pequeños, y se lo creen. Creen que denunciando "la imposición de la ideología de género que incide directamente sobre el alumnado que se ve adoctrinado", afecta tanto a los niños como a los padres, y lo denuncian con diferentes ejemplos de imágenes, libros, cuentos, textos o talleres relacionados con la diversidad.

En este punto, hacen alusión a la Ley 11/2014 "para garantizar los derechos de lesbianas, gais, bisexuales, transgéneros e intersexuales y para erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia" de la Generalitat de Catalunya, concretamente al artículo 12.5 que promulga "el con respecto a la diversidad con respecto a la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género y a los principios de esta ley tiene que ser efectivo en todo el sistema educativo, en los centros y entidades de formación, en la educación de adultos, en la formación de madres y padres, en las actividades deportivas escolares y en las actividades de ocio infantil y juvenil".

Lo peor, para ellos, es que "escuelas y centros están obligados a adaptar sus normativas y espacios comunes al sexo 'sentido' del alumno transexual, y los alumnos a convivir con él en los vestuarios y lavabos".

Todo eso sólo es una muestra más, que, según quieren poner de manifiesto, "con la excusa del respeto a la diversidad, se encubre un adoctrinamiento social en toda regla" y, gracias (o a causa de) en todo -y sobre todo en el artículo 10.1 y 14.1 de la ley catalana-, "se establecen mecanismos de intervención ideológica en todas las áreas del ocio, la cultura, el deporte y el tiempo libre".

La ley catalana

De entre las diferentes leyes de algunos territorios citadas por el "libro" de Hazte Oír, la de Catalunya se basa, según afirman, "en suposiciones, no en datos" porque se fundamenta "en una presunción, y hace de su objeto justificarla". Concretamente, hacen referencia a un párrafo del preámbulo de la ley ya citada:

"Aunque la aportación, la recopilación y la sistematización de datos es difícil porque justo ahora empiezan a aparecer los primeros indicadores oficiales, las estadísticas con que contamos dan indicios lo suficiente claros que la discriminación por motivo de orientación sexual, de identidad de género o de expresión de género se sigue produciendo. Faltan datos e indicadores, pero todo lleva a pensar que los casos reales son muy superiores a los que nos muestran las estadísticas. En este sentido, uno de los objetivos de la Ley es promover estudios que faciliten datos reales de la situación y regular la garantía estadística en la recogida de datos".

Si la norma catalana se basa en suposiciones, la canaria "censura la investigación" y la madrileña "convierte en sospechosa la heterosexualidad". La ley de Catalunya, como la de otros territorios, "invierte la carga de la prueba situando a estos colectivos en una posición de privilegio legal", "pretende una reeducación social" y "normaliza la discriminación positiva". Y así sucesiva e infinitamente.

Perversión y totalitarismo

En un intento de cargarse las leyes de los diferentes territorios relacionadas con esta cuestión, la organización denuncia que "se incluyan medidas sancionadoras para los colegios que incumplan la inclusión de contenidos educativos que reflejen la diversidad sexual" porque creen que "impactan de lleno en un grupo social clave para cualquier tipo de ingeniería social que tenga voluntad de perpetrarse".

Entre todos los ejemplos, uno hace referencia al artículo 12.4 de la ley catalana. Una ley que, concretamente, especifica que "los contenidos de los materiales escolares, educativos y formativos, en cualquier formato, y el lenguaje que se utilice tienen que tener en cuenta la diversidad con respecto a la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género y evitar cualquier tipo de discriminación por este motivo".

Estas leyes, siempre según su visión, "amenazan" la libertad de conciencia" porque "vulneran los derechos fundamentales de los ciudadanos [...] en un ejercicio de prevaricación ideológica sin precedentes a nuestra democracia".

Los padres, sospechosos

La obligatoriedad de aplicar estas leyes es otro aspecto negativo para Hazte Oír porque "se da por hecho que las autoridades tienen más interés en el bienestar del menor que de sus propios padres, a quien estas leyes relegan hasta el punto de convertirlos en sospechosos si intentan reconducir la situación que sufren sus hijos".

Precisamente en este punto, la organización se cuestiona que "¿y si aquello realmente nocivo y perjudicial para el menor es abandonarlo a su libre voluntad, sin evaluación especializada ni orientación médica?". Y ejemplarizan esta manera de "educar en la nueva ideología" con dibujos hechos por una alumna de primaria.

Intolerancia y discriminación

Hazte Oír tiene claro que hoy en día "en España se afirman, bajo la cobertura de una supuesta 'diversidad', formas cada vez menos sutiles de intolerancia y discriminación", mientras "la ciencia y la razón se sustituyen por ideologías que alteran el significado de la realidad".

Consideran que todo es una manera de "imponer políticas contrarias a los derechos fundamentales" y que, además, "usurpan los derechos de los padres a educar a sus hijos en libertad de acuerdo con sus creencias y valores". Por todo eso piden "que se respeten los derechos de todas las personas y no se inmiscuyan en su manera de pensar y actuar, ni en su vida privada, ni impongan ningún tipo de adoctrinamiento educativo".

Y es que las leyes de los diferentes territorios "afectan a todos los ámbitos de la vida social pública y privada" porque, según la organización, "representan una intromisión ideológica del Estado en el ámbito de la conciencia individual".

Hazte Oír seguirá pisando terreno para imponer su pensamiento y sus creencias sin tener en cuenta como puede afectar a eso a los más pequeños y a los no tan pequeños. Seguirá viajando por el Estado, pero también por Europa y a los Estados Unidos. Y seguirá defendiendo por todas partes aquello que considera "libertad de expresión" y denunciante "el lobby de género y LGTBI".