La Guardia Civil ha abierto un expediente disciplinario a una agente del Port de Barcelona que abandonó un control policial rutinario en una rotonda sin avisar a sus superiores. Según el abogado de la mujer, la agente fue al lavabo para ponerse una compresa porque le había bajado la regla de forma imprevista, pero la Guardia Civil alega que el expediente no se abre por el motivo de la ausencia sino por no comunicarla formalmente.

Según ha adelantado este lunes El País y ha confirmado el despacho de abogados Suárez-Valdés, los hechos pasaron el 8 de marzo, Día de la Mujer. La agente, cuando volvió del lavabo, situado a unos 300 metros de la rotonda donde hacía el control con un compañero, se encontró al teniente aparcando.

La agente le explicó lo que había pasado y el teniente, según la mujer, le habría respondido a gritos que no le explicara "milongas", ya que tenía que ir al lavabo antes o después del control, pero no durante. Por eso, le dijo que si se repetía la situación, la expedientaría.

El abogado explica que la mujer volvió al cuartel muy afectada, llorando y muy nerviosa. Habló con un capitán, pero este le dijo que no era su superior jerárquico y que el teniente le había dicho que no hablara con ella. La mujer alegó que se encontraba mal y se marchó a casa.

Cinco días después quiso hablar con algún superior para quejarse del trato del teniente, pero le dijeron que primero tenía que hablar con el teniente a quien pretendía denunciar. Eso pasó el 13 de marzo, y dos días después, este oficial redactó un informe disciplinario contra ella por "inexactitud en el cumplimiento de las órdenes recibidas", ya que no había pedido permiso para ir al baño. La mujer ha pedido que se active el protocolo por acoso laboral del cuerpo.

La versión del cuerpo de Guardia Civil

La versión oficial de la Guardia Civil es bastante diferente. Según han explicado a la ACN fuentes del cuerpo, la mujer y su compañero de patrulla no comunicaron por radio que se marchaban momentáneamente del puesto de control y la mujer tampoco apuntó la incidencia en la hoja de servicios diarios.

Los superiores intentaron localizarla y cuando la encontraron, la mujer no mencionó en ningún momento que le había venido la menstruación. Se cogió una baja psicológica, y tampoco le comunicó este supuesto motivo al psicólogo. No ha sido hasta ahora que ha alegado esta justificación y por eso se ha abierto una investigación interna.