Si no se toman medidas estructurales que vayan más allá de la aportación puntual de arena, las playas metropolitanas retrocederán 20 metros en los próximos 30 años. Esta es la advertencia del AMB, que recuerda que desde el 2014 han desaparecido el 25% de las playas metropolitanas. "De los 30 kilómetros de playas que tenemos, 28 están en clara regresión, solo el litoral de Sant Adrià se mantiene estable", apunta Daniel Palacios, jefe del servicio de playas del AMB.

Entre las medidas que se contemplan para poner remedio al problema se contempla la construcción de espigones sumergidos y rompeolas para retener los sedimentos durante los cada vez más frecuentes y virulentos temporales por culpa del cambio climático.

En este contexto, el jefe de servicio de playas del AMB ha señalado que las playas del Prat de Llobregat y de Montgat son las más perjudicadas por la regresión por su proximidad a los puertos de Barcelona y el Masnou. En el caso de las playas de Montgat, por ejemplo, los arenales retroceden entre uno y cuatro metros cada año. De hecho, muchas playas han desaparecido totalmente, dejando a la vista los espigones.

A su vez, Ramon Torra, gerente del AMB, ha explicado que el artificialització de las playas, con la construcción de puertos deportivos y la modificación de los cursos naturales de los ríos, ha complicado la llegada de sedimentos a las playas y ha aumentado la cantidad de arena perdida durante los temporales. Unos temporales, ha subrayado, que cada vez son más prematuros, intensos, frecuentes y largos.

Los daños de los temporales

Pues bien, uno de los espacios que más sufre los daños de los temporales es el delta del Llobregat, donde se pierden anualmente 160.000 m3 de arena. Cabe decir que parte de la culpa la tiene el dique del río Llobregat, una infraestructura de ocho metros de profundidad que actúa de "trampa" de los sedimentos que bajan hasta esta profundidad y después se quedan atrapados. Eso ha hecho que la cuenca sedimentaria del río se haya desconectado del delta, hecho que rompe la dinámica natural de aportación y transporte de sedimentos, que al mismo tiempo son regeneradores naturales de arena de las playas.

El reto de la regresión de las playas

Torra y Palacios han remarcado que la aportación de arena tiene que ser un recurso de uso puntual para garantizar el uso social de los arenales durante el periodo estival, pero que no tiene que ser la única porque en muchos casos, como pasa en las playas del Baix Llobregat, es ineficaz. Y es que la arena que se utiliza para reforzar las playas del Baix Llobregat proviene de Port Ginesta, en Castelldefels, y tiene unos gramajes tan pequeños que rápidamente se pierde.

Con todo, cabe mencionar que por cada arenal se tiene que actuar de manera diferente y que, en términos generales, las soluciones más eficientes son construir rompeolas y diques sumergidos. Entre estos últimos hay los llamados geotubos, diques textiles fáciles de montar y desmontar y muy efectivos.