Catalunya continúa inmersa en una carrera a contrarreloj para frenar la expansión de la dermatosis nodular contagiosa (DNC), una enfermedad vírica que afecta al ganado bovino y que ha obligado a sacrificar decenas de animales en granjas del Alt Empordà y el Gironès. El Departamento de Agricultura ha confirmado siete nuevos brotes en el Alt Empordà, que elevan a diecisiete las explotaciones afectadas, aunque no se ha modificado el radio de protección de 50 kilómetros establecido alrededor de los focos. Según la consejería, el 70% de los animales del primer radio ya están vacunados, y el objetivo es acelerar la inmunización de las 152.000 cabezas de ganado de las zonas afectadas. “En pocas horas alcanzaremos la inmunización de grupo en el primer radio, un paso que permitirá entrar en una nueva fase”, aseguró este lunes el conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, a través de su cuenta de X.

Críticas por la falta de previsión y la lentitud

El principal sindicato agrario del país, Unió de Pagesos, ha sido contundente con la gestión de la crisis. Su coordinadora nacional, Raquel Serrat, ha lamentado que “no ha funcionado el sistema de prevención: no han hecho su trabajo, ni se habían leído el reglamento”. Serrat asegura que el sindicato no pide dimisiones, sino que se asuman responsabilidades por una “falta de previsión y de planificación”. Según Unió de Pagesos, desde el mes de junio, cuando aparecieron los primeros casos en Italia y Francia, ya advirtieron al Ministerio de Agricultura y a la Generalitat de que el virus acabaría entrando en Catalunya, especialmente por el Alt Empordà, una zona con “la autopista AP-7, la más transitada de Europa, y los Aiguamolls, el reino de los mosquitos y las moscas”. Sin embargo, las autoridades, dice Serrat, les respondieron que “esperaban que no entrara” y que “había que esperar a ver qué pasaba”. Cuando se confirmó el primer caso, el 3 de octubre en Castelló d’Empúries, les convocaron de urgencia: “Nos admitieron que no se habían mirado nada y que no sabían qué se tenía que hacer. Solo tenían una cosa clara: que se tenían que matar vacas y que lo teníamos que parar todo”, relata Serrat.

Una vacunación demasiado lenta para los ganaderos

Uno de los puntos más polémicos es el ritmo de la vacunación. El sindicato denuncia que solo se han inmunizado una media de 90 vacas al día, una cifra que consideran “una miseria”. Serrat critica que el Ministerio no pidiera con antelación el permiso a la Unión Europea para adquirir y aplicar vacunas preventivamente: “Alemania, Dinamarca y Bélgica firmaron convenios para comprar vacunas. Si esto es verdad, tendremos que pedir explicaciones”. El Ministerio de Agricultura defiende, sin embargo, que no se podía vacunar antes de confirmar un brote. El ministro Luis Planas ha asegurado que “es una vacunación que necesita la autorización de la Comisión Europea porque provoca falsos positivos”. Planas ha subrayado que se han adquirido 207.000 dosis y que se están aplicando “con celeridad” al ganado más cercano a los focos. Para evitar la propagación del virus, el Ministerio también ha cerrado provisionalmente las exportaciones de animales vivos y apoya medidas adicionales como la anulación de ferias ganaderas. “Se ha actuado de manera diligente, con el apoyo del Gobierno”, ha insistido el ministro.

Reclamo de compensaciones y de una vacunación más amplia

Los sindicatos agrarios coinciden en reclamar ayudas económicas urgentes para las explotaciones afectadas. “Llevan desde el 3 de octubre entrando en las granjas a matar vacas, pero aún nadie sabe qué cobrará de todas estas pérdidas”, denuncia Serrat. Desde ASAJA Lleida, el presidente Pere Roqué ha pedido a los ganaderos que bajen los rebaños de las montañas para facilitar la vacunación y ha exigido “una ejecución rápida de los pagos” y que estas ayudas “no computen fiscalmente”. El sector también presiona para que se vacunen todos los bovinos de Catalunya, no solo los de los radios afectados, y que Bruselas permita que, en las granjas inmunizadas, solo se tengan que sacrificar los animales positivos y no todo el rebaño.

Una carrera contrarreloj

Con tres cuartas partes del ganado de los radios ya vacunado y el apoyo de equipos veterinarios voluntarios, Catalunya espera ahora el visto bueno europeo para flexibilizar los sacrificios masivos. Según la veterinaria Clàudia Romero, una vez que el 75% de los animales estén inmunizados, se podrá pedir a Bruselas que solo se eliminen los positivos. “Con la vacunación los ganaderos empiezan a respirar tranquilos, pero no del todo, porque aún no están completamente a salvo”, advierte. La DNC, transmitida por insectos y por contacto, puede llegar a afectar hasta el 50% del ganado si no se controla a tiempo. A pesar de las tensiones y las críticas, la inmunización avanza y el sector confía en que, con la colaboración de todos, Catalunya pueda recuperar pronto la normalidad en las granjas.