La Fiscalía se ha querellado contra tres técnicos del Ayuntamiento de Sitges (Garraf) por permitir los ruidos generados por bares musicales y restaurantes en la zona de ocio nocturno del casco antiguo de la población, a pesar de las "innumerables" quejas planteadas por los vecinos durante años.

La querella, presentada ante los juzgados de Vilanova i la Geltrú (Garraf), se dirige también contra tres propietarios y dos empresas responsables de dos bares musicales y un restaurante, situados entre las calles Bonaire y Joan Tarrida de Sitges, para superar los límites máximos de emisión acústica.

Prevaricación medioambiental

A los tres responsables del Ayuntamiento de Sitges -dos ingenieros municipales y un técnico responsable de licencias que en el 2017 fue nombrado jefe del servicio de disciplina y sanciones-, la Fiscalía los acusa de un delito de prevaricación medioambiental por "omitir" su obligación de inspeccionar y controlar los locales, a pesar de tener "conocimiento preciso" que infringían la normativa.

Según la Fiscalía, las "reiteradas molestias" que generaron los locales de ocio denunciados "eran sobradamente conocidas por los técnicos y funcionarios municipales del Ayuntamiento de Sitges, dadas las innumerables quejas y denuncias formuladas por los afectados a lo largo de los años", pero nunca dieron una "respuesta eficaz" a estas reclamaciones.

Concretamente, el ministerio público reprocha a los responsables municipales su "inacción enfrente de la evidente constatación de infracciones en materia medioambiental" por parte de los locales denunciados, con expedientes sancionadores que "se dejaban caducar o finalmente se archivaban sin resolución disciplinaria".

Según la Fiscalía, en numerosas ocasiones los técnicos denunciados no comprobaron qué locales contaban con limitadores acústicos homologados y conectados al sistema de seguimiento municipal en línea, como era preceptivo para poder llevar a cabo un control continuo de las emisiones acústicas.

Además, el fiscal considera "escandaloso" que, desde que la Fiscalía inició su investigación en el 2019, el Ayuntamiento de Sitges empezara a agilizar los expedientes abiertos por ruidos de locales de ocio, "resolviéndose en escasos meses los expedientes que llevaban años paralizados".

De hecho, subraya el ministerio público, dos estudios encargados por el propio ayuntamiento sobre los locales de la calle Bonaire de Sitges evidenciaron que la gran mayoría de establecimientos no cumplían con la actividad que correspondía a sus licencias ni con la normativa medioambiental.

La inacción del Ayuntamiento

No obstante, añade la Fiscalía, el ayuntamiento no llevó a cabo "ninguna actuación concreta y efectiva" para corregir las deficiencias observadas, a pesar de las "reiteradas y constantes quejas de los vecinos afectados a lo largo de los años".

De hecho, según la querella, la actividad de los locales denunciados "ha generado problemas de salud a los habitantes de las viviendas al lado de estos establecimientos, poniendo en grave riesgo su salud" y provocándolos síntomas como insomnio, fatiga, bajo rendimiento o ansiedad por el estrés generado.

En el marco de la investigación, que se abrió a raíz de una denuncia presentada por la Plataforma Vecinal de las calles Bonaire y Joan Tarrida de Sitges delante de la Fiscalía, los Mossos d'Esquadra constataron que dos bares musicales y un restaurante de la zona que también programa espectáculos generaban ruidos que superaban "con creces" los niveles máximos permitidos.

Concretamente, la investigación ha comprobado que los bares musicales denunciados no tenían el limitador de sonido del equipo de música operativo ni conectado al sistema de seguimiento de qué dispone el ayuntamiento para controlar los ruidos en la zona, lo cual se saldó con sanciones municipales de 901 euros.

Las pruebas sonométricas practicadas en los domicilios de los vecinos del lado concluyeron que los ruidos superaban en hasta 13 decibelios los niveles máximos permitidos en horario nocturno.